Meras Misiones

168 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

del Señor está equipando a Pablo para su llamado. Todo lo que se necesitaba para completar el proceso diseñado por Dios era la autorización y liberación a través del liderazgo de una Iglesia local. Bernabé, por medio del Espíritu Santo, va a Tarso y lleva a Pablo a la Iglesia en Antioquía (Hechos 11,24-26a). Aunque llamado y equipado, Pablo voluntaria e intencionalmente se somete a los líderes piadosos designados (ancianos) de la Iglesia de Antioquía. Aparentemente determinan que necesita más preparación en la enseñanza (Hechos 11.26b) y la administración de las finanzas para el alivio y cuidado del sufrimiento y las necesidades dentro del Cuerpo de Cristo (Hechos 11.27-30). Continúa esto durante un año (Hechos 11.26b) hasta que los líderes, a través del Espíritu Santo, autorizan y liberan a Pablo en su llamado como Apóstol de los Gentiles (Hechos 13.1-3). Con este entendimiento, aquí hay dos ideas críticas para avanzar en las Misiones Apostólicas: 1. No podemos pasar por alto a la iglesia local como agente de Dios para el proceso diseñado para las misiones apostólicas. El más mínimo compromiso conducirá a la desaceleración, la paralización y potencialmente el cese de las misiones. Esto es especialmente importante dado que en Occidente la mayoría no ve a la Iglesia como central y fundamental en nuestra cultura. La Iglesia es sólo uno, y para muchos moribundo e impotente, de los sistemas que componen nuestra cultura. Satanás ha odiado a la Novia de Cristo desde su fundación. Él la ha alejado magistralmente de ser central en esta era del nuevo pacto. Ha tejido su mentira, “quién necesita la iglesia de todos modos” y se ha quedado. Desafortunadamente, esta mentira se ha pegado a muchos que profesan a Jesús. Ellos sienten lo mismo: “Puedo prescindir de la Iglesia”. La verdad es que, por las ocho razones enumeradas anteriormente sobre la Iglesia, ella es fundamental para el mundo espiritual invisible y para el mundo visible en el que somos extraños y ajenos. La iglesia local, a través de