Meras Misiones
A péndice • 249
Quien, como Campeón, descendió del cielo, en la plenitud de los tiempos, y venció mediante la Cruz. Se produjeron unos cuatrocientos años de silencio. Sin embargo, en la plenitud de los tiempos, Dios cumplió la promesa de su pacto al entrar en este reino de maldad, sufrimiento y alienación a través de la encarnación. En la persona de Jesús de Nazaret, Dios descendió del cielo y vivió entre nosotros, mostrando la gloria del Padre, cumpliendo los requisitos de la ley moral de Dios y demostrando el poder del Reino de Dios en sus palabras, obras y exorcismos. En la Cruz tomó nuestra rebelión, destruyó la muerte, venció al diablo y resucitó al tercer día para restaurar la creación de la Caída, para poner fin al pecado, la enfermedad y la guerra, y para conceder vida eterna a todos los que abrazan su salvación. Y, pronto y muy pronto, regresará a este mundo y hará nuevas todas las cosas. Ascendido a la diestra del Padre, el Señor Jesucristo ha enviado al Espíritu Santo al mundo, formando un nuevo pueblo compuesto tanto de judíos como de gentiles, la Iglesia. Comisionados bajo su liderazgo, testifican en palabra y obra el evangelio de la reconciliación a toda la creación, y cuando hayan completado su tarea, él regresará en gloria y completará su obra para la creación y toda criatura. Pronto, él acabará con el pecado, el mal, la muerte y los efectos de la maldición para siempre, y restaurará toda la creación bajo su verdadero gobierno, refrescando todas las cosas en un cielo nuevo y tierra nueva, donde todos los seres y toda la creación disfrutarán del shalom del Dios trino para siempre, sólo para su gloria y honra.
Y los redimidos vivirán felices para siempre . . .
El fin
© 2009 The Urban Ministry Institute. Rev. Dr. Don L. Davis. Se concede permiso para reproducir Érase una vez: el drama cósmico a través de una narración bíblica del mundo en forma inalterada con la cita adecuada.
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