Meras Misiones
J esús E s S eñor : E l C ariño • 45
principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15). Jesús fue literalmente un Caballo de Troya, es decir, vino en secreto para socavar a Satanás y su reino y deshacer sus obras (1 Juan 3:8). El Señor, el “varón de guerra”, entró disfrazado en el dominio de Satanás, lo ató y saqueó almas (Mateo 12:29) para liberar a los cautivos (Lucas 4:18). Las cadenas de opresión y humillación han sido rotas por este Guerrero, este Varón de Guerra. El Señor, a quien se le ha dado toda autoridad y poder, ahora llama a toda la humanidad a “VENIR FUERA” (Juan 11:43). Todos los que responden y se someten a Su salvación y Señorío, son bienvenidos y recibidos en Su Reino bajo Su estandarte. Juan el Revelador nos da una visión increíble del regreso del Señor cuando establezca el Reino visible en perfecta justicia, paz y gozo (Rom. 14:17): “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” (Apocalipsis 19:11-16). El Señor Jesús es aterrador. No es alguien con quien se pueda jugar. Él vendrá a juzgar y a hacer guerra junto a los ejércitos del cielo que lo siguen. Es una terrible y aterradora visión cuando Él venga a imponer la ira de Dios Todopoderoso sobre todos los que no “VIENEN FUERA” y se someten a Su gobierno y reinado como el Señor resucitado. Estas tres palabras, Jesús es Señor, han desmantelado a Satanás y su dominio de la oscuridad. Aunque Satanás es el príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2), toda potestad en el cielo y en la tierra
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