Meras Misiones

J esús E s S eñor : E l C ariño • 59

tema en el que nos centramos durante el año litúrgico. La lectura de libros no tiene el propósito de adquirir conocimiento como fin, sino como un medio para fortalecer y alentar nuestra participación en la Historia de Dios, de modo que los líderes estén equipados y los movimientos empoderados para expandir y hacer avanzar Su Reino en todo el mundo. 2. Disciplinate con el propósito de la piedad. Durante mis primeros años de misión me dijeron: “¿Eres lo suficientemente santo para la tarea?” Sí, la santidad es apartarse para Dios. Es Su llamado y obra e incluso el Apóstol Pablo escribió a los Corintios: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” (2 Co. 7:1). El Espíritu del Señor no utilizará un vaso impío e indisciplinado para sus propósitos. Esta no es una disciplina para la salvación. Nuestra salvación se basa únicamente en Cristo, nuestra Piedra Angular. Nos basamos en esta base para estar disponibles y listos ante el Señor de la Cosecha para un servicio honorable. Las disciplinas espirituales a lo largo de la historia de la Iglesia han ayudado a todos los discípulos a limpiarse de toda contaminación del cuerpo y del espíritu. Es una disciplina de por vida que consiste en practicar con fervor y regularidad las disciplinas personales y corporativas. Aquí hay una lista que he implementado en mi vida de piedad y que me ha preparado para el llamado diario de las misiones: Oración, Meditación en la Palabra de Dios, Ayuno, Adoración, Sencillez, Dar. Hay otras disciplinas que los santos y quienes participan en misiones han implementado en sus vidas. Cualquier cosa que elijas, es para guiarte a “llevar a término la santidad” para que seas

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