Orando los Salmos con Agustín y Amigos
Capítulo 3: Salmos 39–59
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protegen los blasfemos debe ser condenada con la mayor severidad posible. Segundo, los que difunden la blasfemia deben ser condenados porque perseveran obstinadamente en el pecado. Tercero, porque sin la ayuda de Dios la verdad no puede vencer, es necesario pedir a Dios que reprima los errores y a quienes los cometen. Esto se pide en oración, cuando se maldice a los infieles, y, sin embargo, es una oración intensamente fiel y necesaria. En cuarto lugar, estas maldiciones de los profetas no deben leerse como ira humana, sino como la voz del Espíritu Santo, que expresa la forma definitiva de pensar sobre las blasfemias y consuela a la iglesia para que conozca la verdad que vencerá, y Dios reprimirá y erradicará la enseñanza infiel y a los que enseñan blasfemias.
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