Orando los Salmos con Agustín y Amigos
Capítulo 4: Salmos 60–80
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Salmo 64 con San Basilio – El temor provechoso que nos protege de la maldad El temor provechoso que nos protege de la maldad“Voy a enseñarles el temor del Señor” (Sal 34:11). Cuando se nos ordenó temer al Señor, también se nos mostró el beneficio que proviene del temor, diciendo “Pero a los que buscan al Señor nada les falta” (Sal 34:10). Los Salmos nos enseñan el temor divino. Existe un miedo hostil, que el profeta ruega para que no brote en su alma, cuando dice : Protégeme
del temor del enemigo (v. 1). El miedo al enemigo es el que produce cobardía ante la muerte y nos induce a temblar ante personas distinguidas. Alguien que se asusta fácilmente ante los demonios tiene en sí el miedo al enemigo. En general, tal miedo
San Basilio sobre el Salmo 64 “Los Salmos nos enseñan el temor divino”.
parece ser una pasión nacida de la incredulidad. Porque nadie que cree tener a mano un ayudante fuerte, se asusta ante ninguno de los que intentan sumirle en la confusión. Sin embargo, el miedo que es útil y produce santidad, el miedo que brota en el alma a través de la devoción y no a través de la pasión, ¿de qué clase es? Siempre que esté a punto de precipitarte hacia el pecado, considere esa temible sala del tribunal de Cristo, en la que el Juez está sentado en un trono alto y sublime, y toda criatura tiembla ante su gloriosa presencia (Mat 25:31–32), y estamos a punto de ser conducidos, uno por uno, para examinar las acciones de nuestra vida. Y junto a uno que ha actuado mal en su vida, hay ángeles horribles y oscuros, que lanzan destellos de fuego por los ojos y respiran fuego por su amargura, con rostros oscuros como la noche por su abatimiento y su odio al hombre. Para los malvados, pues, está el abismo profundo y la oscuridad (Mat 8:12) sin salida y la luz sin
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