Orando los Salmos con Agustín y Amigos
144
Orando los Salmos con Agustín y amigos
Salmo 80 con Agustín – Corrigiendo los falsos amores ¿Hasta cuándo, SEÑOR Dios de los Ejércitos, arderá tu ira contra las oraciones de tu pueblo? (v. 4). Estabas enojado con la oración de tu enemigo, ¿seguirás enojado con la oración de tu siervo? Tú nos has convertido, te conocemos. ¿Seguirás enfadado? Evidentemente, sí, estarás enojado, pero como un padre que corrige, no como un juez que condena. No creas que la ira de Dios ha desaparecido porque te hayas convertido. La ira de Dios se ha apartado de ti, pero solo para no condenarte eternamente. castiga, no perdona, porque castiga a todo hijo que recibe (Heb 12:6). Si te niegas a ser castigado, ¿por qué deseas ser recibido? ¿Qué es lo que amas que te impide amar a Dios? Dime. ¿Hay algo que puedas amar que no haya sido creado por él? Mira a tu alrededor y observa toda la creación, y observa si en algún lugar estás atrapado por la trampa de la concupiscencia y te impide amar al Creador, excepto por aquello mismo que ha creado él, a quien tú descuidas. Pero ¿por qué amas esas cosas, sino porque son bellas? ¿Pueden ser tan bellas como su Creador? Admiras estas cosas porque no lo ves. En cambio, a través de las cosas que admiras, amas a aquel a quien no ves. Quien no adora a Dios está muerto. En sí mismo él es bueno, no porque dé cosas buenas, pues da incluso a los malos. “Tú nos darás vida”, porque estábamos muertos. Cuando nos aferrábamos a las cosas terrenales estábamos muertos, cuando llevábamos la imagen de los mortales. Tú nos renovarás. Te amaremos. Tú serás el dulce perdonador de nuestros pecados, serás la recompensa completa de los justificados. ¡Restáuranos, SEÑOR Dios de los Ejércitos! Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos (v. 19).
Made with FlippingBook. PDF to flipbook with ease