Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

Salmo 95 con Agustín – El banquete del gozo y el fuego de la destrucción ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor! (v. 1). nos llama a un gran banquete de gozo, no de este mundo, sino en el Señor. Porque si en esta vida no hubiera un placer perverso que debe ser distinguido de un gozo justo, bastaría decir: Vengan, cantemos con júbilo , pero él ha marcado la distinción: al Señor (v. 1). ¿Qué es regocijarse correcta mente? Regocijarse en el Señor. Debemos regocijarnos fielmente en el Señor, si queremos andar con seguridad por el mundo. Este salmo comienza con un gozo exultante, pero termina con un gran temor: Así que, en mi enojo, hice este juramento: “ Jamás entrarán en mi reposo ” (v. 11). Es una gran cosa que Dios hable; ¿cuánto mayor es que jure? Debes temer a un hombre cuando jura, no sea que haga algo a causa de su juramento contra su voluntad. ¿Cuánto más debes temer a Dios cuando jura, ya que no puede jurar nada precipitada mente? Eligió el acto de jurar para confirmar sus palabras. ¿Y por quién jura Dios? Por sí mismo, pues no tiene otro mayor por quien jurar (Heb 6:13). Por sí mismo confirma sus promesas, por sí mismo confirma sus amenazas. Que nadie diga en su corazón: su promesa es verdadera; su amenaza es falsa. Así como su promesa es verdadera, también es segura su amenaza. Deberías estar igualmente seguro del descanso, de la felicidad, de la eternidad y de la inmortalidad si has cumplido sus mandamientos, como lo estás de la destrucción, de la quema del fuego eterno, de la condenación con el diablo, si los has despreciado.

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