Orando los Salmos con Agustín y Amigos
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Orando los Salmos con Agustín y amigos
sus mansas ovejas, debe tratar con severidad a las fieras salvajes, ya sea para convertirlas de su crueldad o para refrenarla. Jesús fue enviado por el Padre para alegrar a los pobres y desdichados con la noticia de la salvación, para liberar a los presos, para sanar a los enfermos, para sacar a los tristes y afligidos de las tinieblas de la muerte a la luz de la vida (Is 61:1). Pero, para aquellos que provocan su ira con su ingratitud, Cristo adquiere un nuevo carácter: abatir su obstinación. Si parece que Dios no castiga a losmalvados, simplemente debemos esperar pacientemente el último día, cuando los destruirá por completo. Mientras tanto, estemos satisfechos de que gobierne en medio de sus enemigos. Ustedes, los reyes, sean prudentes (v. 10). David exhorta a los incrédulos a que se arrepientan antes de que sea demasiado tarde, antes de que descubran por experiencia que estas amenazas divinas no son vacías. Y se dirige por su nombre a reyes y gobernantes, a quienes no es muy fácil someter. Si David no perdona a los reyes, que parecen exentos de las leyes ordinarias, cuánto más se aplica su exhortación a la gente común, para que todos, desde el más alto, hasta el más bajo, se humillen ante Dios. El comienzo de la verdadera sabiduría es cuando dejamos de lado nuestro orgullo y nos sometemos a la autoridad de Cristo.
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