Orando los Salmos con Agustín y Amigos
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Orando los Salmos con Agustín y amigos
Salmo 106 con Agustín – El olvido humano Acuérdate de mí, SEÑOR, cuando muestres tu bondad a tu pueblo (v. 4), para que estemos entre aquellos con los que te complaces, puesto que Dios no se complace con todos, para que yo pueda disfrutar del bienestar de tus escogidos, participar de la alegría de tu pueblo (v. 5). Muéstranos tu salvación para que podamos ver la felicidad de tus elegidos y regocijarnos con tu pueblo. No tomaron en cuenta tus maravillas, no recordaron la inmensidad de tu gran amor (v. 7). Reprende tanto su comprensión como su memoria. Comprensión es lo que necesitaban para meditar en las bendiciones eternas que Dios les tenía reservadas. También necesitaban memoria, para no olvidar sus maravillas terrenales y poder creer fielmente. Por elmismopoder que yahabíanexperimentado, Dios les libraría de las persecuciones enemigas. Pero olvidaron la ayuda que les dio en Egipto para aplastar a sus enemigos a través de tales maravillas. Debemos notar especialmente cómo la Escritura condena su incapacidad para comprender lo que deberían haber comprendido, y la incapacidad para recordar lo que deberían haber recordado. Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre, para mostrar su gran poder (v. 8), no porque lo merecieran. Pero muy pronto olvidaron sus acciones (v. 13): Porque deberían haber pensado que tales grandes obras de Dios para con ellos tenían un propósito, una invitación a esperar con paciencia la felicidad infinita que vendría; pero se apresuraron a entretenerse con cosas terrenales que a nadie dan verdadera felicidad porque no sacian los deseos.
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