Orando los Salmos con Agustín y Amigos
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Orando los Salmos con Agustín y amigos
Salmo 126 con Agustín – Siembra misericordia y cosecha paz
Los que con lágrimas siembran, con regocijo cosechan (v. 5). En esta vida, que está llena de lágrimas, sembremos buenas obras. Las obras de misericordia son nuestras semillas: semillas de las que el apóstol Pablo dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (Gál 6:9). Hablando de darse a sí mismo, él dice: “El que siembra escasamente, escasamente cosechará” (2 Cor 9:6). El que siembra abundantemente, segará abundantemente; y el que no siembra nada, nada segará. ¿Por qué anhelas grandes propiedades, donde puedes sembrar abundantemente? No hay un campo más amplio en el que puedas sembrar que Cristo, quien desea que sembremos en él. Tu suelo es la iglesia; siembra todo lo que puedas. Pero tú objetas que no tienes lo suficiente para hacerlo. ¿Tienes el deseo? Lo que tienes no sería nada, si no tuvieras buena voluntad. Así que no pierdas la confianza porque no tienes nada, si tienes buena voluntad. Siembra misericordia y cosecha paz. Zaqueo tenía una fuerte voluntad; Zaqueo dio una gran caridad (Luc 19:1–8). ¿Sembró poco esa viuda que echó sus dos monedas en las alcancías del templo? (Luc 21:1–4). No, ella sembró tanto como Zaqueo. Porque ella tenía menos recursos, pero igual voluntad. Ella dio sus dos monedas con tan buena voluntad como Zaqueo dio la mitadde sus bienes. Si consideras lo que dieron, encontrarás que sus dones son diferentes; si miras a la fuente, los encontrarás iguales; ella dio lo que tenía, y él dio lo que tenía. Incluso, los mendigos, cuya profesión es pedir dinero, tienen algo que ofrecerse unos a otros en tiempos dificultad. El que puede andar presta sus pies al cojo. El
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