Orando los Salmos con Agustín y Amigos
Capítulo 7: Salmos 119:33–130
223
Salmo 128 con Casiodoro – El temor del Señor Dichosos todos los que temen al SEÑOR, los que van por sus caminos (v. 1). En sus primeras palabras el salmista ha distinguido el temor del Señor del terror de este mundo. Sus palabras: Dichosos los que temen al SEÑOR (v. 1), revelan que quienes tienen una mente atribulada, temerosos, a causa de los peligros del mundo con relación a la pérdida de posesiones temporales, no son bendecidos. Estos peligros hacen miserables a los hombres, tortur ándolos con unmiedo vacío, de modo que no experimentan ningún crecimiento, sino una reducción, ningún ascenso, sino una caída precipitada. En cambio, el temor del Señor es el resultado del amor y brota de la dulzura. ¡Qué temor tan devoto, que consuela al tímido, que refresca al afligido, que no experimenta ausencia de gozo, a menos que se deje de lado el beneficio de tal temor! La Escritura dice de este temor: “Vengan, hijos míos, y escúchenme que voy a enseñarles el temor del Señor” (Sal 34:11). ¡Cuán ventajoso es el temor con el que se instruye a los niños, qué espléndida la educación impartida con dulce cariño! Pero para evitar que creas que tal vez sólo hay que temer al Señor cuando truena, o envía relámpagos, o hace temblar la tierra, o amenaza de muerte a los transgresores de la ley, agregó: los que van por sus caminos (v. 1). El temor del Señor no sólo nos hace abandonar las malas obras, sino que también nos establece como personas que caminan en la fe más recta; aquellos que temen al SEÑOR, los que van por su caminos (v. 1) y cumplen sus mandamientos con mentes devotas.
Made with FlippingBook. PDF to flipbook with ease