Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

Salmo 138 con Agustín – Amar a Dios más que a la vida Aunque pase por grandes angustias, tú me darás vida (v. 7). Es cierto que, cualquiera que sea la dificultad en la que te encuentres, estás invitado a confesarla delante de Dios, a invocarlo. Él te libera, él te reaviva. Ama la otra vida—y verás que esta vida es penosa, cualquiera que sea la prosperidad con la que brille, o las delicias con las que sobreabunda y se desborda. Todavía no tenemos ese gozo que es más seguro y está libre de tentación, ese que Dios nos reserva para el final. Sin lugar a duda esta vida es penosa. Contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo! (v. 7). Deja que mis enemigos se enfurezcan. ¿Qué pueden hacer? Pueden quitarme el dinero y la ropa y desterrarme, afligirme con dolor y torturarme, incluso matarme si pueden. ¿Pueden hacer algo más? Pero tú has extendido tu mano contra todo lo que pueden hacer mis enemigos, porque mis enemigos no pueden separarme de ti. Mientras más te demoras, mayor es tu venganza, no para que me desespere, pues el salmista continúa diciendo: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo! (v. 7).

Tu gran amor, SEÑOR, perdura para siempre (v. 8). No deseo ser liberado solo temporal mente. Tu amor perdurable, con el que has liberado a los mártires, se los ha llevado rápidamente de esta vida. No

Agustín sobre el Salmo 138 “Porque sin importar cuales sean mis obras, proceden de ti, y por eso son más tuyas que mías”.

abandones las obras de tus manos. No alabo las obras de mis propias manos. Temo que cuando las examines, encuentres en ellas más pecados que justicia. Ve en mí tu obra, no la mía. Porque si ves la mía, me condenarás. Pero, si ves las tuyas, me coronarás. Porque sin importar cuales sean mis obras, proceden de ti, y por eso son más tuyas que mías.

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