Orando los Salmos con Agustín y Amigos
Capítulo 8: Salmos 131–150
259
Salmo 149 con Agustín – Canta con tu vida Mis hermanos y hermanas, hijos míos, simiente santa y celestial, ustedes que han nacido de nuevo en Cristo y han nacido de lo alto, escúchenme, o mejor dicho, escuchen a Dios a través de mí: Canten al SEÑOR un cántico nuevo (v. 1). “Pues yo canto”, dirás. Sí, estás cantando; por supuesto que estás cantando. Puedo oírte. Pero no dejes que tu vida dé evidencia en contra de tu cántico. Canten con sus voces, canten también con sus corazones; canten con sus bocas, canten también con su conducta. Canten al SEÑOR un cántico nuevo (v. 1). ¿Preguntas qué deberías cantar sobre la persona que amas? Porque, por supuesto, quieres cantar sobre la persona que amas. Estás pidiendo alabanzas para cantarle. Se te ha dicho, Canten al SEÑOR un cántico nuevo (v. 1). Estás buscando canciones de alabanza, ¿verdad? Alábenlo en la comunidad de los fiele s (v. 1). La mayor alabanza que puede recibir aquel al que cantas es el propio cantante. ¿Quieres cantar alabanzas a Dios? Vivan ustedes mismos lo que cantan. Eres su alabanza si llevas una vida justa. Su alabanza, ya ves, no se encuentra . . . en la locura de los paganos, ni en los errores de los herejes, ni en el aplauso de los teatros. ¿Preguntas dónde se puede encontrar? Mírense a sí mismos, ustedes son su alabanza. Alábenlo en la comunidad de los fiele s (v. 1). ¿Preguntas de qué debes alegrarte cuando cantas? Que se alegre Israel por su Hacedor (v. 2), y todas las razones que su pueblo puede encontrar para regocijarse es Dios.
Made with FlippingBook. PDF to flipbook with ease