Orando los Salmos con Agustín y Amigos
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Orando los Salmos con Agustín y amigos
de la iglesia, la escritura de cartas ha seguido siendo un ministerio importante. Hasta el día de hoy, tenemos más de nueve mil cartas conservadas de los primeros siglos de la iglesia. Entre estas muchas cartas encontramos una larga tradición de hermanas y hermanos que se escriben unos a otros para animarse mutuamente en el uso de los Salmos para la oración, el ministerio pastoral y el culto público. Cerramos este viaje con una carta de una madre a su hijo escrita hace más de mil años. Fue escrita por una madre piadosa, Dhouda, a su hijo que estaba sirviendo en el ejército en algún momento alrededor del año 843. Dhouda adaptó una carta anterior que había leído sobre los Salmos y se la transmitió a su hijo con sus propias palabras. 2 Imagínese recibir esta carta como si fuera de su propia madre. Léala con la franqueza y el honor que una madre piadosa merece recibir. Mi querido Hijo: Como tu mentor en todas las cosas, estoy lista a tu lado, para que, con la ayuda de Dios, puedas elegir los Salmos para recitar según el rango de tus necesidades. Cuando los salmos se cantan con intensidad sincera, se prepara un canal hacia el corazón para que Dios Todopoderoso pueda verter en él el misterio de la profecía o la gracia del remordimiento para aquellos que meditan con fervor espiritual. El sacrificio de alabanza divina, por lo tanto, proporciona un camino entre nosotros y Jesús. Mientras nuestro arrepentimiento 2 D houda adaptó una carta anterior sobre el uso de los Salmos escrita por un pastor inglés llamado Alcuino (m. 804). Alcuino, a su vez, se basó en cartas similares escritas por pastores anteriores. Véase, por ejemplo, la carta del pastor egipcio Atanasio (m. 373) escrita a su amigo Marcelino sobre cómo leer y orar los Salmos.
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