Orando los Salmos con Agustín y Amigos

Recursos para aplicación

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Una carta a los amigos y compañeros guerreros de Dios acerca de por qué leemos juntos los clásicos espirituales Queridos amigos y compañeros guerreros: ¡Saludos en el fuerte nombre de Jesús! Qué gozo saber que Jesús nos llama “amigos” (Juan 15). ¡Qué honor estar con hermanas y hermanos de todos los siglos y culturas para gritar: “¡Digno es el Cordero!” ¡Qué privilegio servir en el ejército del Cordero, no luchando contra la carne y la sangre, sino contra los enemigos internos (la carne), externos (el mundo) e infernales (el Diablo) de Dios! A la luz de esta lucha cósmica, nos ponemos una mentalidad de tiempo de guerra (no de tiempo de paz) mientras seguimos a Jesús. Moisés declaró que Dios está presente y obrando en cada generación (Sal 90:1), y los Clásicos Espirituales de las Raíces Sagradas son para aquellos que desean ser usados dentro de su esfera de influencia como David fue usado por Dios en su generación (Sal 57:2; Hch 13:36). Las Escrituras enseñan nuestra necesidad diaria de elegir una mentalidad misional (Mat 6:10). El reino de Dios nunca avanza en territorio neutral. Cada centímetro de la creación, incluyendo cada centímetro de nuestra alma, es un campo de batalla disputado. Los enemigos de Dios son tres. Primero, hay un enemigo interno escondido dentro del corazón de cada hijo redimido de Dios. Dios nos ama, a pesar de que a menudo luchamos contra un “corazón de Judas”, una tendencia a traicionar a nuestro Señor (Juan Nuestro contexto: Una batalla contra los enemigos internos, externos e infernales de Dios

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