Para la Proxima Generacion

136 Para la próx ima generac i ón: Manua l de l Mentor de E l I ns t i tuto Mi n i s ter i a l Urbano

• Son incorporados a una nueva comunidad (la Iglesia) que ofrece igualdad, respeto, amor, lugar para compartir, compañerismo y la posibilidad de ejercitar sus dones y el llamado de Dios. La salvación significa que la presencia del Dios vivo está activa entre los pobres trayendo libertad, integridad y justicia. Esto significa que ahora son parte de un “sacerdocio real”, “miembros de una nación santa”, en la cuál sirven como “embajadores de Cristo” anunciando esperanza y reconciliación a quienes los rodean y que aún no han experimentado liberación. 4. Esperar grandes cosas No hay, quizá, más sorprendente declaración que viene de los labios de Jesús, que da a sus discípulos en Juan 14:12-14. En la superficie, la idea de lograr cosas más grandes que Jesús parece absurda. Y, sin embargo, en pocos años el libro de los Hechos registra más conversiones que nunca habían ocurrido dentro de la vida y el ministerio de Jesús. Hay dos principios que sustentan esta afirmación sorprendente. En primer lugar, Jesús dijo que el discipulado reproduce estudiantes que son como él (Lucas 6:40). En segundo lugar, cuando Jesús regresó al Padre y envió al Espíritu Santo (Juan 14:16; Hechos 2:38), puso su poder a la disposición de todos los que creen (Juan 14:14). Sería fácil esperar poco de los pobres debido a su falta de recursos. Sin embargo, cuando las Escrituras disciplinan nuestro pensamiento, surge una nueva dinámica. Esperamos congregaciones de los pobres de las áreas urbanas que hagan más obras de las que hizo Jesús en la tierra porque entran en una relación de discipulado con Jesús quien les da libremente su Espíritu Santo. : El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará,

La intercesión de un hombre pobre es aceptable e influyente con Dios. El Pastor de Hermas, lb. 3, Ante-Nicene Fathers [Padres Anti-Nicenos], Vol. 2, eds. A. Roberts and J. Donaldson, (Peabody, Hendrickson, 1995 pág. 32.

Nuestro distintivo

Al plantar iglesias debemos:

• Alentar a los pobres a creer en la vocación, dones y habilidades que Dios les ha dado (tanto en forma individual como

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