Pelea La Buena Batalla de la Fe

 • Pelea la buena batalla de la fe: Haciendo su parte en el drama desplegado de Dios

nuestro uso en nuestra guerra espiritual. El arma del enemigo elegida son las mentiras, lo que las imágenes bíblicas retratan como dardos de fuego del maligno, que sólo pueden ser extinguidas por el escudo de la fe (una de las piezas de la armadura de Dios). Además, se nos ofrece el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, las sandalias del Evangelio de la paz, el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, la Palabra de Dios. Nunca se desanime al usted participar en esta guerra espiritual: “Comparta en el sufrimiento como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado se enreda en los negocios de la vida, ya que su objetivo es agradar a aquel que le alistó” (2 Timoteo 2:3-4). Los ataques del enemigo vienen en forma de mentiras, acusaciones, condenas, y la negatividad que puede ser constante. Aprender a luchar implica aprender a ser persistente, ser disciplinado y fiel. Cuanto más utilice la armadura de Dios en su lucha contra las mentiras del enemigo, más va a estar en victoria. Tenga paciencia y espere en el Señor. Los apéndices que usted debe estudiar y meditar por su relevancia para esta lección son los siguientes: Cómo empezar a leer la Biblia (Ap. 3) Comprendiendo la Biblia en partes y como un todo (Ap. 13) Resumen esquemático de las Escrituras (Ap. 17) Tabla cronológica del Nuevo Testamento (Ap.18) Comunicando al Mesías: La relación de los Evangelios (Ap. 19) ¡Levántese Dios! Siete palabras clave para buscar al Señor y encontrar su favor (Ap. 23) El verdadero problema de la vida cristiana llega en el momento en que usted se despierta cada mañana. Todos sus deseos y esperanzas del día salen como animales salvajes. Y el primer trabajo cada mañana consiste simplemente en empujarlos a todos de vuelta; al escuchar esa otra voz, tomando ese otro punto de vista, dejando que otra vida más grande, más fuerte, más tranquila venga fl uyendo. Y así sucesivamente, todo el día. Sólo podemos hacerlo por momentos al principio. Pero a partir de esos momentos el nuevo tipo de vida se propaga a través de nuestro sistema; porque ahora estamos dejando que Él obre en la parte correcta de nosotros. Es la diferencia entre la pintura, que está simplemente colocada sobre la super fi cie, y un tinte o mancha que penetra hasta la médula. ~ C. S. Lewis.

Apéndices

Richard J. Foster y James Bryan Smith, Eds. Clásicos devocionales: Edición Revisada: Lecturas seleccionadas para individuos y grupos. Renovare, Inc. (HarperCollins Publishers), Nueva York. 1993. p. 9.

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