Pelea La Buena Batalla de la Fe

 • Pelea la buena batalla de la fe: Haciendo su parte en el drama desplegado de Dios

seguidores de Cristo en una iglesia local, en la Palabra de Dios, y en caminar con el Señor. ¿Por qué es importante no dejar que las cosas que estamos viviendo tengan la última palabra sobre nuestra resistencia a través de la prueba? ¿Por qué es peligroso permitir que nuestras emociones y reacciones a las circunstancias dicten cómo seguimos a Cristo, ya sea en las disciplinas, o en nuestro caminar con otros cristianos en el compañerismo? Muchos trastornos nerviosos y emocionales son el resultado acumulado de años de vida auto-indulgente. No estoy pensando en los bebedores o los libertinos, sino en los cristianos respetables que probablemente estarían horrorizados ante la idea de tocar el licor o de caer en la inmoralidad. Pero no dejan de ser indisciplinados, y la debilidad fatal es desenmascarada en el día de la prueba y la adversidad. Un patrón vitalicio de huir de las di fi cultades, de evitar a las personas incompatibles, de buscar el camino más fácil, de renunciar cuando las cosas se complican por fi n se muestra en una neurótica semi-invalidez e incapacidad. Numerosos libros se pueden leer, muchos doctores y predicadores consultar, innumerables oraciones se pueden ofrecer, y compromisos religiosos hacer; el paciente puede ser inundado con medicinas, asesoramiento, tratamiento costoso, y azotes espirituales; sin embargo, ninguno quedó al desnudo a la verdadera causa: la falta de disciplina. Y la única cura real es llegar a ser una persona disciplinada. ~ Richard Shelly Taylor. La vida disciplinada: Estudios en las bellas artes del discipulado cristiano . Kansas City, MO: Beacon Hill Press, 1962, pp. i-ii. En efecto, el principio central del proceso de crecimiento en Cristo es aprender a perseverar, permanecer alerta, y no quedar atrapado al bajar la guardia. Tenemos que seguir adelante y continuar hacia adelante por el premio, no importa lo dif ícil que puede llegar a ser. Pero no debe hacer esto solo. Tenemos recursos que nos facultan para soportar fieles a nuestra vocación al perseverar en la buena batalla de la fe. El Espíritu de Dios nos anima – constantemente nos habita, trabaja a través de otros creyentes dotados para animarnos, y nos fortalece en momentos de necesidad. Todo cristiano en crecimiento resiste el estrés y la lucha, las pruebas internas y externas, pero hay que aprender a perseverar. Evalúe sus momentos de oración, en la Palabra, y su participación en su iglesia. ¿Qué cosas quiere el Espíritu Santo que haga con el fin de fortalecer su capacidad de perseverar en sus circunstancias? Seleccione una o dos cosas, comprométase al Señor, y comience hoy, en el poder del Señor, a resistir sus pruebas. Recuerde,

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