Pelea La Buena Batalla de la Fe

Lección : El legado que recibimos • 

Juan Crisóstomo (349-407) fue un importante líder de la iglesia primitiva, conocido por sus cautivantes predicas y hablar en público. De hecho, su apodo (Crisóstomo) proviene de la palabra griega “chrysostomos”, que significa “boca de oro”. Oración por misericordia, liturgia eslava de San Juan Crisóstomo En la paz, roguemos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Por la paz de lo alto, y por la salvación de nuestras almas, Roguemos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Por la paz de todo el mundo, por el buen estado de las santas iglesias de Dios, y por la unión de todos, roguemos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Por esta santa casa, y por aquellos que con fe, temor y reverencia entran en ella, oremos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Para nuestro clero (obispos y otros) y por las congregaciones encomendadas a su cargo, oremos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Por nuestro país, por todo su pueblo, y por aquellos que están encargados de la autoridad civil, oremos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Por esta ciudad, y por todas las ciudades y países, y por los que en fe en él habitan, oremos al Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. Amén. Oh, Espíritu de Dios, el Espíritu del Padre y de su Hijo, Jesucristo, tú eres Dios, la tercera persona de la Santísima Trinidad. Tú eres el Espíritu de verdad, de amor y de santidad, y sabemos que fuiste enviado a nosotros desde el Padre a petición de nuestro Señor Jesús. Porque he confiado en Jesús, has venido a mí, y ahora te adoro y te amo con todo mi corazón. Gracias por vivir en mí, por sellarme como propiedad de Dios, y me enseñas la Palabra de Dios a fin de saber y buscar a Dios como mi luz y fortaleza. Tú eres mi fuerza. Llena mi corazón de amor por el Señor, y de temor de Dios. Guíame en los caminos del Señor, y supera en mí cualquier falso deseo de pecar o abandonar tu voluntad y obra. Concédeme la paciencia y claridad, para que yo no caiga en el pecado, y aumenta mi fe, que puede aferrarme a tí, a depender de tí, y por su intermedio, llegar a ser más como Jesús, mi Señor. ~ Roger Geffen. El manual de la oración pública . p. 115.

Oración

Grito del corazón de Dios

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