Pelea La Buena Batalla de la Fe
Lección : La edificación que buscamos •
ser transformado, o conseguir protección. El cristianismo, por el contrario, es Dios dando salvación a la humanidad a pesar de que no la merezca, no la pidió, y no podía ganarla. ¿Por qué cree que es tan dif ícil que la gente capte este mensaje básico de las Escrituras? ¿Qué podría estar impidiéndoles la comprensión de la gracia de Dios, su amor real y misericordia por todas las personas, sin importar quiénes son, qué han hecho, y dónde están? 3. “¿Cómo puede nuestro pastor conducir toda esta gente? ¡Nunca llegaré a conocerlo!” Una de las cosas que Dios dice una y otra vez en su Palabra es que crecemos al seguir la enseñanza y el ejemplo de los pastores y líderes piadosos que nos provee. En algunas iglesias, sin embargo, el pastor está liderando un gran grupo de creyentes, tal vez cientos o miles. Con tantos creyentes en la iglesia, y con pastores que tienen tanta responsabilidad, muchos se quejan de que se hace dif ícil si no imposible para cada creyente y cada pareja casada y su familia lleguen a conocer el pastor íntimamente. Si conocer bien a su pastor es una señal de ser pastoreado, entonces probablemente nunca habrá un pastor, dice un nuevo creyente.¿Cómo puede nuestro pastor dirigir a todas estas personas? ¡Nunca llegaré a conocerlo! ¿Qué le diría para animar a este joven creyente en su entendi- miento de lo que significa estar bajo el cuidado pastoral y cómo puede hacerse en la iglesia de la actualidad? En el último período de sesiones ( La excelencia que mostramos ) aprendió que vamos a representar a Cristo como hijos amados, para vivir tanto como santos de Dios y como embajadores de Cristo en un mundo caído. Ahora va a explorar la forma en que Dios quiere que crezcamos en nuestra fe en la iglesia local, bajo la autoridad del liderazgo pastoral, y en sumisión amorosa unos a otros por lo que podemos pelear la buena batalla de la fe. Jesús quiere que su pueblo se unifique y se comprometan entre sí, ya que vivimos en comunidad. Nos reunimos semanalmente para adorar, y para edificarnos unos a otros en estudios bíblicos o grupos pequeños. Debemos conocer a otros creyentes, y que nos conozcan también. Tenemos que aprender a acogernos mutuamente en nuestros hogares, relajarse y jugar juntos, y hacer todo lo que podamos para animarnos unos a otros al seguir a Cristo. Como creyentes, estamos llamados a vivir la vida cristiana, la edificación de uno al otro a través del uso de nuestros dones, nuestro amor, nuestras amistades y nuestra conducta. Por otra parte, hay que tener cuidado a desafiarse unos a otros al amor y a las buenas obras, y rechazar esas cosas malas con que antiguamente nos asociábamos antes de que nos convirtiéramos en un miembro del pueblo de Dios por la fe en Cristo.
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