Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas Volumen 2

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6. Los revolucionarios son personas dramáticamente morales que con seguridad regresan a los estilos de vida del primer siglo de valores orientados al reino, pág. 12.

7. Los revolucionarios buscan repudiar ciertas prácticas convencionales.

a. Son juegos religiosos, si los servicios de adoración terminan sin la presencia de Dios o programas ministeriales sin fruto, pág. 13. b. Ministerios centrados en sí mismos, líderes de ministerio, falsas credenciales, cosas que producen “ruido pero ninguna sustancia,” pág. 14. c. Monótono, mejor que el promedio de programas de la iglesia y la afiliación sin “la chispa proporcionada por un compromiso con una verdadera revolución en el pensamiento, la conducta y la experiencia”, pág. 14. 9. Para el revolucionario, la vida es “negro y blanco”, sea que los eruditos universitarios y los medios de comunicación ridiculicen sus puntos de vista o no, pág. 15. 10. Los revolucionarios son cristianos bíblicos, que “invariablemente vuelven a la Palabra de Dios – la Biblia – para su guía”, y, por lo tanto, sufrirán abusos al igual que Jesús, y “tal vez la más importante batalla” en las actuales guerras de cultura será librada por los revolucionarios, pág. 16-17. 8. Ellos persiguen una relación íntima con Dios, la cual Jesucristo prometió que tendríamos por medio de él, pág. 15.

II. La iglesia definida como la multiplicación rápida de iglesias que plantan Iglesias autóctonas, Garrison, págs. 11-29.

Ef. 2:19-22 – Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.