Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas

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Lc. 4:18-19 – El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Lc. 6:20 – Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. El teólogo menonita John Howard Yoder dice acerca de seguir los mandamientos del Nuevo Testamento aun cuando se vaya en contra de la sabiduría popular o no aparece en la superficie a lograr los resultados que esperamos o deseamos. Yoder habla de ver el cuadro más grande detrás de las batallas y caídas diarias. Él dice que cuando nosotros tomamos las enseñanzas del Nuevo Testamento seriamente, nosotros estamos “trabajando con la semilla del universo”. ~ Stanley Hauerwas. “ Remembering John Howard Yoder .” [Recordando a John Howard Yoder]. 29 dec. de 1927 - 30 dec. de 1997. First Things 82 (Abril de1998): págs. 15-16. C. “Trabajando con la semilla del universo”

Cuando sus equipos llevan el Evangelio a los pobres que es exactamente lo que están haciendo. “Trabajan con la semilla del universo”. Los campos están receptivos, están “maduros para la cosecha”.

Virtud clave del líder de equipo: Abre con agradecimiento, la misión del equipo está en un terreno espiritualmente receptivo.

II. ¿Está la misión de nuestro equipo a los pobres arraigada en nuestra comprensión de Jesús?

Nosotros no estamos en la misión de nuestra propia iniciativa, más bien somos embajadores que actúan y hablan como los que representan a alguien más. Nuestra misión es simplemente la continuación de la misión de Jesús. Para decirlo de otra manera, el ejemplo y la enseñanza de Jesús es la medida para evaluar nuestras pretensiones para conocer y representar el mensaje de Dios. Jn. 14:23-24 – Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.