Raíces Sagradas

E l L l ama do a l a A v e n t u r a

corazón, la fuente y el fundamento de la vida cristiana, el punto culminante de la historia de Dios y la sustancia del año litúrgico. El evento de Cristo (es decir, aquellos eventos que componen la manifestación del Hijo de Dios en el mundo) no es un hecho aislado que se congela en un momento histórico particular para ser comprendido una sola vez y descartado como un curso obligatorio de la universidad. Por el contrario, el evento de Cristo, el esquema de la historia de Jesús testificada por los apóstoles y recordada por la Iglesia en su teología, su adoración, su discipulado y misiones, es el summum bonum (en latín, "el mayor bien") de la vida, o como dice Webber, la narración misma de Dios para el mundo. En la historia de Jesús encontramos el verdadero significado de la vida, la verdadera fuente del bien, el corazón de lo que Dios está haciendo en el mundo y el esbozo del futuro de la humanidad. La Iglesia se centra en Cristo porque, como dice Pablo, Cristo es nuestra vida (Col. 3:4). Por supuesto debe reconocerse que los episodios particulares que componen el evento de Cristo ocurrieron en un determinado tiempo y lugar en la historia (ej., su nacimiento, sus milagros, su muerte, etc.). Pero debido a que la revelación de Cristo en el mundo es también un evento de significado eterno, ésta trasciende en tiempo y espacio, y se relaciona con todo el tiempo que se remonta al propósito de la creación y que avanza hacia el final de la historia. La pregunta es: ¿Dónde podemos encontrar la historia de Dios confesada, recordada, escenificada y encarnada aquí en la tierra, la cual culmina en Cristo? La respuesta es clara: ¡la Iglesia! Robert Webber aclara este punto: Aunque hay muchas maneras para hablar de la iglesia, una de las imágenes más significativas de la iglesia en el Nuevo Testamento es “el pueblo de Dios” (Rom. 9:25-26). Nosotros, la iglesia que hemos nacido en Cristo, somos los hijos e hijas de Dios en quienes el Espíritu Santo mora. Somos el pueblo del evento de Cristo. La iglesia vive entre el evento histórico de salvación y resurrección, y la venida futura de Cristo, cuando la transformación del mundo se haya completado. La iglesia tiene el significado de todos los tiempos. El mundo no sabe el significado de su propia historia, pero la iglesia sí lo sabe. A través de la disciplina del año litúrgico, la Iglesia proclama el significado del tiempo y de la historia del mundo.

~ Robert Webber. Ancient-Future Time. Grand Rapids: Baker Books, 2004, p. 26.

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