Raíces Sagradas
Si redefinimos nuestra espiritualidad (es decir, nuestra identidad espiritual) en términos de la historia de Dios, podemos enfocar nuestra asamblea local en el evento de Cristo y centrar nuestra espiritualidad compartida en la historia que juntos meditamos a través del año litúrgico. En nuestra predicación, nuestra celebración de la Cena del Señor, nuestra educación cristiana, nuestras clases de membresía, nuestros ministerios de grupos pequeños, incluso en nuestro ministerio de benevolencia, nos enfocamos en el lugar que tenemos dentro de la historia de Dios. Esta redefinición nos permite cambiar nuestros intereses espirituales, desde nuestros meros intereses personales hasta nuestra lealtad en la participación con la Iglesia en la esperanza de Cristo. Podemos redefinir nuestra espiritualidad desde un viaje individual hasta un sacerdocio real , encarnado en la comunidad mesiánica. De hecho, una vez que nos damos cuenta de que nosotros los creyentes somos la continuación de la historia de Dios, reafirmamos nuestro entendimiento acerca de nuestra relación con Dios como "la morada o el Templo del Señor" (1 Cor. 3:16-17, 6:19-20; Ef. 2:19-22). Cuando nos reunimos alegremente para contar y revivir la historia de Dios a través de nuestra predicación y la Cena del Señor, hacemos de nuestra reunión el corazón de la espiritualidad bíblica, e imitamos la pasión y perseverancia de la Iglesia primitiva. Tal visión refrenaría la tendencia del actual cristianismo “sin iglesia”. Sin la asamblea reunida en el culto y la oración, en la confesión de la verdad, en la predicación de la Palabra y en la celebración de la eucaristía (Cena del Señor), la historia es eclipsada y nuestros intereses personales pueden fácilmente tomar el lugar del más grande evento de nuestras vidas: la obra salvífica de Dios en Cristo a través del Espíritu Santo. Sólo a través de la Iglesia puede ser entendido, defendido, proclamado y afirmado este mensaje. La historia de Dios nos llama a una fe común en el cuerpo, no sólo a una fe aislada. Redescubra la Visión Integradora y el Poder de la Historia de Dios para la Formación Espiritual Tal vez la forma más práctica de redescubrir el poder de la historia de Dios es reaprender el poder del ritmo espiritual, el cual es marcado, ante todo, por una vida con propósito y esperanza. La historia de Dios sugiere que no es necesario
120
Made with FlippingBook - Online catalogs