Raíces Sagradas

del Reino a un grupo de personas de color marginadas que fueron tratadas como ciudadanos de segunda clase. Sin ira ni rencor, estas queridas familias gritaron la esperanza de la historia más grande, la historia de Dios, que en el Reino hay suficiente espacio. En el Reino hay espacio suficiente para todos. En el Reino, todos los que dicen sí pueden entrar en el amor de Dios en Cristo Jesús. Sí, en el Reino del Padre, hay suficiente espacio. Más que nunca, necesitamos hombres y mujeres que puedan trascender la duda que hoy por hoy es expresada en muchas partes, respecto a la capacidad del Espíritu para transformar a la gente de la ciudad a la imagen de Cristo por la gracia mediante la fe. Más que nunca, necesitamos una nueva generación de discípulos hambrientos de Cristo, que vayan “hacia delante mirando hacia atrás”, es decir, que redescubran la Gran Tradición que dio origen a nuestras numerosas comunidades cristianas, generando numerosos mártires y misioneros, y que sigue inspirando a una nueva generación de líderes que ministrarán el amor de Dios en lugares donde Cristo no se conoce hoy en día. La misma historia es capaz de transformarnos y levantar un pueblo en la ciudad de Dios.

Todavía puedo oírlos cantar a puro pulmón en aquella pequeña iglesia urbana:

Hay suficiente espacio, suficiente espacio, Suficiente espacio en el Reino de mi Padre. Hay suficiente espacio, suficiente espacio, Elija su asiento y siéntese.

La historia no ha terminado. El Padre aún la está dirigiendo, el Hijo sigue siendo protagonista de ella y el Espíritu sigue narrándola en miles de idiomas en decenas de millones de lugares.

Hay suficiente espacio, y aún hay un lugar para usted y un papel para que usted lo desempeñe.

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