Raíces Sagradas

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. ~ El apóstol Pablo La tradición apostólica se refiere a la totalidad de la enseñanza que resume la revelación bíblica de Dios en Cristo, incluyendo a los que dieron testimonio presencial de los hechos salvíficos de Yahvé, primeramente en Israel y, en última instancia, en Jesucristo el Mesías. Este testimonio vincula a todas las personas, en todo momento y en todo lugar. Es la tradición autoritativa por la cual son juzgadas todas las otras tradiciones. Las Sagradas Escrituras, inspiradas por el Espíritu Santo, son el pilar y la autoridad final para todas las cosas concernientes a la teología, la moral, la fe, la práctica, nuestra visión y nuestro deber. En todo lo relacionado con nuestro discipulado y nuestra esperanza, debemos reconocer y aceptar a las Escrituras canónicas como nuestra más alta prioridad; es decir, los textos que han sido divinamente autorizados en la historia de la Iglesia y su tema principal de estudio: la canónica historia de Dios, el drama del trino Dios en su obra de creación, encarnación y re-creación a través de Cristo.

2. La Gran Tradición: los concilios ecuménicos y sus credos

Lo que siempre se ha creído por todos y en todas partes.

~ Vicente de Lérins

La Gran Tradición es el dogma central (doctrina) de la Iglesia. Fue forjada en los concilios ecuménicos de la Iglesia cristiana, conocidos habitualmente como los siete primeros concilios, siendo los primeros cuatro de especial importancia para la fe. “Ecuménico” se refiere al alcance y la importancia de los concilios: fueron de importancia mundial. Convocados para líderes de la Iglesia y para todo creyente de aquella época. Representa la enseñanza de la Iglesia como lo ha entendido la tradición (autoritativa) apostólica (o las Sagradas Escrituras); y resumen las verdades esenciales que los cristianos de todas las épocas han confesado y creído. Toda la Iglesia (Católica, Ortodoxa y Protestante) 7 da su dictamen a estas declaraciones doctrinales, delineando de ellas lo que se considera ortodoxo o herético. La adoración y la teología de la Iglesia reflejan este dogma vital, que encuentra su cumplimiento en la persona y la obra de Jesucristo. Desde los

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