Raíces Sagradas

CAPÍTULO 4

UN SEÑOR, UNA FE

Raíces Sagradas y Espiritualidad Compartida

A hora tenemos una idea clara de los diferentes sentidos de la “tradición” en Ia Iglesia. Tenemos la tradición apostólica (el testimonio de los apóstoles en las Sagradas Escrituras), la Gran Tradición (el resumen y la defensa de la tradición apostólica en los concilios y credos), y las diferentes tradiciones (denominaciones o asociaciones) que se han formado a lo largo de la historia de la Iglesia. En medio de tal diversidad y diferencia, ¿cómo podemos evitar la confusión y la división? Durante mis años de estudio con los Testigos de Jehová (antes de que yo confesara a Jesucristo como Señor), uno de las los debates preferidos de ellos con los cristianos, era la realidad de la división y la confusión denominacional. Su doctrina de “mente organizacional” fue su respuesta a la alienación protestante y a la fisura católica y ortodoxa. Mientras que su doctrina de “mente organizacional” era sin sentido de conformidad a la más reciente doctrina y práctica de los Testigos de Jehová, recuerdo sus largos monólogos acerca de las contiendas dentro de la Iglesia visible, y cómo esta división era contraria a la unidad de los creyentes predicada por Cristo y los apóstoles. Mientras el motivo y el análisis eran equivocados e ilógicos, ellos habían ordinariamente categorizado a los cristianos con los que charlaban como personas inútiles que estaban a su merced. ¿Por qué existe tanta confusión, alienación y locura en las más de 20,000 denominaciones protestantes, mientras que, al mismo tiempo, cada una de ellas aún afirman ser el “verdadero heredero apostólico” de la iglesia del Nuevo Testamento?

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