Raíces Sagradas
R e c u r s o s p a r a l a p a r t e I , “ E L A B O R ANDO E L C A S O ”
están sujetas a los efectos de esta gran caída de alienación, separación y condena, convirtiéndose en la subyacente realidad de todas las cosas. Ningún ángel, ser humano o criatura puede resolver este dilema; y sin la intervención directa de Dios, todo el universo, el mundo y sus criaturas, estarían perdidos. sIN EMBARGO, en Su misericordia y bondad, EL SEÑOR Dios prometió enviar un Salvador para redimir a Su creación A través de un pacto soberano de amor, Dios determinó remediar los efectos de la rebelión del universo mediante el envío de un campeón, su único Hijo, quien tomaría el lugar de Adán y Eva, derrocando al pecado que les separaba de Dios y sufriendo en lugar de toda la humanidad por causa de su pecado y desobediencia. Así, a través de su fidelidad al pacto, Dios se involucró directamente en la historia humana por el bien de su salvación. El Señor Dios toma parte en su creación en aras de restaurarla, para acabar con el mal de una vez por todas y para establecer un pueblo del cual su campeón vendría a establecer su reinado en este mundo una vez más. Y así, a través de Noé, él salva al mundo de su propio mal. Por medio de Abraham selecciona el clan del cual vendría la semilla. A través de Isaac, él continúa la promesa a Abraham; y a través de Jacob (Israel) establece su nación, identificando la tribu de la cual vendría dicha nación (Judá). A través de Moisés Dios saca a su pueblo de la opresión y les da su ley del pacto; y por medio de Josué trae a su pueblo a la tierra prometida. Luego, a través de los jueces y líderes él vigiló a su pueblo; y por medio de David, pactó para traer un rey de su propio clan que reinaría para siempre. A pesar de su promesa, sin embargo, su pueblo rompía dicho pacto una y otra vez. Su obstinado y persistente rechazo al Señor, les condujo finalmente a un juicio como nación, a la invasión, la destrucción y al cautiverio. Misericordiosamente, Dios se acuerda de su pacto y permite que un remanente regrese, para que no se acabara la promesa y la historia. Por lo tanto, él levantó un pueblo del cual vendría el Gobernador
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