Raíces Sagradas

L a H i s t o r i a d e D i o s

redentor y al Espíritu como nuestro consejero y guía. Entendemos la palabra teología como la defensa de la fe que nos fue otorgada una sola vez por los apóstoles, contenida en las sagradas

Escrituras. Esta declaración apostólica es la misma fe que fue defendida y concisamente refractada a través de los lentes de la antigua regla de fe encarnada en el Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno. Estos documentos constituyen el resumen de la antigua comunidad cristiana acerca de la tesis básica de la fe cristiana, esa regla de fe que ha definido la fe ortodoxa desde el principio. Esta regla, resumida en el Credo Niceno, representa ese depósito que siempre ha sido creído en la Iglesia por todos

y en todas partes. Es en sí la misma regla que se ha confesado, defendido y articulado desde los tiempos antiguos hasta hoy, la cual consideramos como la fe ortodoxa histórica que resume el significado, la maravilla y el alcance de la historia de Dios en el universo. A través de esta confesión del señorío y del poder salvífico de Jesucristo, es decir, la Gran Confesión de la Iglesia, el Espíritu Santo forma una comunidad que sin ser del mundo está en el mundo, un lugar que no puede ser separado ni dividido por razas, culturas o tribus. La Iglesia es creada en Cristo y a través de esa misma Iglesia la historia de Dios continúa. Este pueblo es, tal como lo confiesa el Credo, el único, santo, católico (universal) y apostólico pueblo del Señor. 6. Su vida en nosotros . La re-creación de la historia . Como adoradores de Dios redimidos por Cristo, la Iglesia es un real sacerdocio llamado por Dios para reunirse semanalmente en el día del Señor con el fin de adorar, cantar, orar y proclamar la historia. A través de la liturgia de la Palabra y los sacramentos (ordenanzas), el pueblo de Dios, en el cual cada uno es un ministro y miembro del sacerdocio de Dios, se reúne en asamblea cristiana dinámica para dar a Dios sacrificios espirituales por medio de Cristo y en el Espíritu. Como un pueblo llamado por Dios que está en comunión con el Padre y el Hijo por el Espíritu Santo, la Iglesia se reúne fielmente para recordar el pasado, anticipar el futuro y actualizar la verdad de la historia en el presente. En nuestra predicación de la Palabra, nuestro recitar del Credo, nuestros

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