Raíces Sagradas

L a H i s t o r i a d e D i o s

mundo), la Cuaresma (su sufrimiento y humildad), la Semana Santa (su pasión y muerte), la Pascua (la resurrección y ascensión) y el Pentecostés (el envío del Espíritu Santo y el reconocimiento de la obra de la Trinidad en la salvación). Durante la Estación después de Pentecostés , una temporada larga, recordamos y anticipamos el ministerio de nuestro Señor como cabeza de la Iglesia, como Señor de la cosecha y como la esperanza del mundo. Recordamos lo que nuestro Señor realizó en el pasado, tratando de ser transformados mientras recordamos su victoria ( anamnesis ); y anticipamos su obra y gobierno futuros, viviendo en la gozosa espera de su reino que está por venir ( prolepsis ). Nuestro deseo es que todos en nuestras asambleas crezcan a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, reflejando y fructificando el carácter de Él. continuación de la historia de Dios en el mundo, tal como lo sugiere el libro de los Hechos. Lucas sugiere que el registro del libro de los Hechos representa la actual manifestación de las obras de Jesús en y a través de su pueblo. “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar” (Hch. 1:1). Como miembros del cuerpo de Cristo, él nos ha capacitado por el Espíritu Santo para dar a conocer a las naciones la historia de Dios por medio del Evangelio. A medida que nos identificamos con otros explícitamente mediante nuestras acciones de caridad, revelamos al mundo que, de hecho, Dios ha enviado a Jesús al mundo para salvarlo (Juan 17:20-21 - “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, [21] para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”). 8. Renacidos para servir . La continuación de la historia . Como agentes activos del Reino de Dios en este sistema mundial pasajero, representamos la

Como el pueblo visible de la historia en el mundo, con valentía y sin vergüenza, testificamos de palabra y de hecho los actos salvíficos de Dios a través de Jesucristo. A través de nuestro servicio y nuestra evangelización, nos presentamos como ministros de reconciliación, llamando a todos los pueblos a reconciliarse con Dios en Cristo. Como discípulos y servidores de Él, declaramos las buenas nuevas del Reino a través de nuestra vida compartida, de nuestra

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