Raíces Sagradas

Dond e S e a , S i emp r e y p o r T odo s

herejías y de la necesidad de proteger la confesión apostólica de la falsedad. De manera extraña, no había un ministerio real que participara en las diferentes herejías que surgieron en la iglesia primitiva. Irónicamente, estas herejías, con sus ideas extrañas, permitieron a los pastores de la iglesia primitiva ampliar sus primeras confesiones que tenían en forma de “borrador”, por fórmulas más desarrolladas de nuestra fe, con lenguaje e ideas que eran compatibles con la enseñanza de los apóstoles. Por ejemplo, podemos examinar nuestros primeros credos y reconstruir algunos ejemplos de las confesiones ortodoxas que éstos pretendían defender. “Creador del cielo y la tierra”, fue escrito probablemente para luchar contra la idea gnóstica de separar de la creación al Dios verdadero. La enseñanza sobre el nacimiento virginal y la muerte de Jesús, combate la pretención gnóstica que contradecía la auténtica naturaleza humana de Jesús. La afirmación de Cristo como “Dios verdadero” que confronta y responde a la noción arriana de que Jesús no era divino, fue ciertamente agregada para afirmar la divinidad absoluta de Cristo. Los credos sirven no como un sustituto de la historia bíblica, sino como un resumen, un comentario sobre el significado correcto de la historia bíblica, otorgándonos una manera de discernir entre lo falso y verdadero de la historia. Recitación de la historia de Dios en adoración Tal vez una de las funciones más importantes de los credos ha sido históricamente el papel central que desempeñan en recitar la historia de Dios en la adoración como un ingrediente esencial del culto (liturgia) de la comunidad de creyentes. Desde los primeros tiempos, los cristianos han confesado la historia de Dios a través de lecturas de respuesta, de una fe afirmada y del canto y el sermón, todo hecho como parte esencial del verdadero culto cristiano. A comienzos de la historia del cristianismo, las formas de la antigua Roma (el Credo Apostólico) y luego el Credo Niceno, fueron incorporados en la secuencia eucarística (es decir, el servicio de la Cena del Señor), primero en Oriente, luego en España y finalmente en Roma. A menudo la recitación del credo fue colocado después de la lectura y la enseñanza de las Escrituras, como una respuesta de fe congregacional a la Palabra de Dios. Esta práctica del credo de “lectura de respuesta” al sermón, sigue siendo practicado en muchas tradiciones en la actualidad.

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