Raíces Sagradas
Los tres credos más destacados en la Iglesia: El Credo Apostólico, el Credo Niceno y El Credo de Atanasio
En la historia del cristianismo, tres credos han tenido un lugar superior: El Credo Apostólico, el Credo Niceno y el Credo de Atanasio. Veremos brevemente cada uno de ellos.
El Credo Apostólico
[Versión Tradicional] Creo en Dios Padre, Todopoderoso creador del cielo y la tierra. Creo en Jesucristo, su Unigénito Hijo, nuestro Señor quien fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de la virgen María; sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica (universal), la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. Amén. El Credo Apostólico, según la leyenda, fue escrito supuestamente por los apóstoles bajo inspiración, por lo que llegó a ser llamado el símbolo apostólico o credo (Sínodo de Milán, 390 D.C.). Lorenzo Valla refutó el origen apostólico (el cual nunca aceptó el Oriente). En el estudio de este credo, sin embargo, muchos estudiosos atribuyen su origen al credo antiguo romano (expuesto por Rufino en 404 D.C.). Su forma actual se origina alrededor del siglo VIII, y ha sido empleada regularmente en los servicios de muchas iglesias de Occidente, especialmente por los reformadores en sus liturgias (servicios de adoración), en sus confesiones doctrinales y en sus instructivos para el bautismo (es decir, la catequesis).
el credo niceno
Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de Cielo y Tierra, de todo lo visible e invisible.
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