Raíces Sagradas
creador y autor de todas las cosas, Cristo es el Redentor y la expiación para el mundo, el Espíritu es el amo y dador de la vida, inspirador de los profetas y co-igual con el Padre y el Hijo. Las verdades fueron forjadas y deliberadamente elaboradas para hacer frente a las herejías anticristianas de la época. Esto hace de su valor algo importante; subraya las enseñanzas principales de la Iglesia y nos permite seguir participando en asuntos relacionados con estas afirmaciones hoy en día. En cuanto a las misiones, el Credo Niceno nos proporciona un esquema de trabajo del contenido básico del testimonio cristiano, tan esencial para el discipulado y la evangelización entre las naciones. En el Credo Niceno encontramos lo mínimo para compartirle a los perdidos, para establecer a los salvos, para dar la catequesis a los nuevos miembros de la Iglesia y para equipar a los nuevos líderes para el ministerio. En el Credo Niceno vemos una prueba de hermenéutica para discernir convicción bíblica, accesible y aplicable para todos. Como instrumento de teología y de culto, el núcleo del credo ha sido fácilmente contextualizado para la liturgia y la confesión de la fe, entre cientos de grupos de personas. Las verdades contenidas son sólidas, y pueden ser adaptadas fácilmente como una norma ortodoxa de los obreros, ministros, pastores y misioneros cristianos. ¡Realmente sería difícil encontrar una regla más contextualmente flexible, probada en el tiempo y claramente aprobada por la Iglesia, para determinar la credencial doctrinal y teológica para el desarrollo de los cristianos y los líderes! Cierro este capítulo con un llamamiento a redescubrir el Credo Niceno como una dimensión fundamental de nuestras Raíces Sagradas que le da contenido a la historia de Dios. El Credo Niceno nunca podrá servir como un sustituto de la historia en las Escrituras, pero no puede haber ninguna duda de que representa uno de los más duraderos, brillantes y concisos resúmenes de nuestra santísima fe. Este credo nos provee un resumen de toda la narrativa cristiana en relieve. Como una declaración cristocéntrica, apunta a la historia de Jesús de Nazaret como la clave de toda la auto-conciencia de la cristiandad y la clave para entender la esperanza de todos los discípulos del siglo XXI. Y, como una declaración Aprecie el Credo como una especie de resumen de la Historia Bíblica
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