Representado la teologia
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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a
¡Levántese Dios! Un serio llamado a la oración prevaleciente para un dinámico Avivamiento espiritual y avance agresivo del Reino en las zonas urbanas del Caribe, España, Sur, Centro y Norte América. Rev. Dr. Don L. Davis, enero 1, 2003
Escrito en honor de quienes por varios largos años con fe y con sacrificio rechazaron soltarse del Señor hasta que Él los bendijo en nombre de los pobres de la ciudad
Qué título tan largo para un corto ensayo! Este es mi tributo a la maravillosa pieza escrita por el clérigo e intelectual, Jonathan Edwards, líder de los Avivamientos en el noreste de los Estados Unidos en el siglo 18, con relación a la necesidad de desarrollar nuevos movimientos para Dios. El título original de su obra también era largo: “Un Humilde Intento de Promover un Explícito Acuerdo y Unión Visible del Pueblo de Dios, con Oración Extraordinaria para el Avivamiento de la Religión y el Avance del Reino de Cristo en la Tierra”. Edwards escribió su pequeño tratado en 1746, después de experimentar dos notables movimientos del Espíritu de Dios, en 1734-35 y 1740-42, respectivamente. El tratado de Edwards mostraba su profunda convicción que cuando el pueblo de Dios ora ferviente, intensa y poderosamente por el avivamiento, Él liberará el poder de su Espíritu en la sociedad. Esta notable visitación resultaría en mucha gente arrepintiéndose y creyendo en Cristo como Señor, y desataría un “avivamiento” religioso a nivel mundial y un “avance del Reino en la tierra”. Todo cristiano comprometido, de acuerdo a Edwards, tiene el positivo deber de orar por esto. Habiendo argumentado por sus puntos principalmente de un cuidadoso razonamiento y su exégesis de Zacarías 8.18-23 (entre otros textos), Edwards buscó apoyar su “humilde súplica” por un más dedicado y organizado movimiento de oración rogándole a Dios por su visitación. Edwards no era el primero ni el único líder cristiano de su tiempo que estaba llamando a la “oración extraordinaria”. De hecho, se había escrito un “Memorial” por unos ministros de Escocia quienes circulaban sus ideas al tiempo del tratado de Edwards. El memorial había circulado a través de muchas iglesias de habla inglesa, pero sobre todo en Inglaterra. Llamaba a un nuevo énfasis de “oración extraordinaria” a ciertas horas, horario que el mismo Edwards endosó, específicamente los “sábados en la tarde, los domingos en la mañana y el primer martes de cada trimestre, por un período inicial de siete años”.
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