Representado la teologia

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La piedra que desecharon los edificadores se ha convertido en la piedra angular

Representando la teología Una colección de la A a la Z de diagramas, tablas, gráficos y artículos clave de TUMI

T H E U R B A N M I N I S T R Y I N S T I T U T E u n m i n i s t e r i o d e WO R L D I M PA C T , I N C . Rev. Dr. Don L. Davis con contribuciones de Rev. Terry Cornett y Rev. Don Allsman

La piedra que desecharon los edificadores se ha convertido en la piedra angular

Representando la teología Una colección de la A a la Z de diagramas, tablas, gráficos y artículos clave de TUMI

T H E U R B A N M I N I S T R Y I N S T I T U T E u n m i n i s t e r i o d e WO R L D I M PA C T , I N C . Rev. Dr. Don L. Davis con contribuciones de Rev. Terry Cornett y Rev. Don Allsman

TUMI Press | 3701 East Thirteenth Street North, Suite 100 | Wichita, Kansas 67208

Tabla de contenidos

Introducción

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¡ Levántese Dios!

¡ Levántese Dios! Siete palabras clave para buscar al Señor y encontrar su favor

“ ¡ Tiene que servir a alguien!”

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¡ Venga Tu Reino! Disertaciones sobre el Reino de Dios

Aferrándonos firmemente a la Escritura

Alcanzando a grupos no afectados dentro de vecindarios con iglesias

Análisis de diferentes tendencias de pensamiento

Apariciones del Mesías resucitado

Apostolado

Aprendiendo a ser un teo-mitos

Áreas de desacuerdo entre cristianos respecto a los dones espirituales Avanzando al mirar atrás: Hacia una recuperación evangélica de la Gran Tradición

Avanzando el Reino en la ciudad

Banda apostólica

Capacitando al pueblo para la libertad, el bienestar y la justicia

Capturando la visión de Dios para su pueblo

Christus Victor (Cristo Victorioso) Una visión integrada para la vida cristiana y el testimonio Cinco puntos acerca de la relación entre Cristo y la cultura

Círculo del calendario judío

Claves para la interpretación bíblica Cómo empezar a leer la Biblia Cómo interpretar una narrativa (historia)

Cómo PLANTAR una iglesia

Comprendiendo la Biblia en partes y como un todo Comunicando al Mesías: La relación de los Evangelios Contextualización entre los musulmanes, hindúes y budistas Creando movimientos coherentes de plantación de iglesias urbanas

Cuando la palabra “cristiano” no comunica

Cuatro contextos del desarrollo del liderazgo urbano cristiano

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Cuidado con lo que imagina

Cultura, no color: Interacción de clases, cultura y raza

Dando la gloria a Dios

Declaraciones denominacionales sobre “santificación”

Definiendo los líderes y los miembros de un equipo de plantación de iglesias

Delegación y autoridad en el liderazgo cristiano

Desarrollando oídos que escuchan: Respondiendo al Espíritu y a la Palabra Descripción de las fases de planificación de la plantación de iglesias

Descripción del acróstico PLANTAR

Desde antes hasta después del tiempo: El plan de Dios y la historia humana

Desde la ignorancia hasta el testimonio creíble

Diagrama de discipulado

Diagrama de estudios bíblicos Diagramas de crecimiento espiritual

Diferentes tradiciones de la respuesta afro-americana

Dinámicas de una visión espiritual creíble

Dios es tres en uno: La Trinidad

Discerniendo el llamado: El perfil de un líder cristiano piadoso Discipulando a los fieles: Estableciendo líderes para la iglesia urbana Diseñado para representar: Multiplicando discípulos del Reino de Dios

Documentando su tarea

Dones espirituales mencionados específicamente en el Nuevo Testamento

Editorial de Ralph D. Winter

Ejemplos de declaraciones denominacionales sobre el “bautismo del Espíritu”

El año de la Iglesia (iglesia occidental)

El Antiguo Testamento testifica de Cristo y Su Reino El centro y la circunferencia: El cristianismo es Jesucristo

El compás de los elementos narrativos

El contexto comunal del auténtico liderazgo cristiano

El Credo de los Apóstoles

El Credo Niceno

El Credo Niceno (con los versículos para memorizar)

El Credo Niceno en métrica común

El cristiano obediente en acción

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El cuadro y el drama

El equipo de plantación de iglesias

El Factor Oikos

El Mesías Yeshúa en cada libro de la Biblia

El método del Maestro: Representando a siervos fieles

El ministerio de alabanza y adoración

El modelo de los tres pasos

El papel de la mujer en el ministerio

El papel del Espíritu Santo en la guía espiritual El paradigma del liderazgo de la Iglesia El perfil de un discípulo de Jesús en el siglo 21 El punto de vista de Cristo acerca de la Biblia

El sufrimiento: El costo del discipulado y el liderazgo de servicio

El tabernáculo de Moisés

En Cristo

En pos de la fe, no de la religión Encuentro a mi Señor en el Libro

Enfoque del Antiguo Testamento, analítico vs. Cristo-céntrico Enfoques que sustituyen la visión Cristo-céntrica Entendiendo el liderazgo como una representación Equipando al miembro del equipo de plantación de iglesias

Escala de receptividad

Esquema para una teología del Reino y la Iglesia

Figuras de lenguaje

Funciones del liderazgo representativo Gobernando sobre versus sirviendo entre

Grados de autoridad dados al fruto del uso Cristo-céntrico del AT Había una vez: El drama cósmico a través de una narración bíblica del mundo

Hacia una hermenéutica de compromiso crucial

“Hay un río”

Hechos generales referentes al Nuevo Testamento

Historia, teología e iglesia

Historia: La cruz de la revelación

Hoja de trabajo de las herramientas del estudio bíblico

Impedimentos para un servicio semejante al de Cristo

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Invertir, facultar y evaluar

Jesucristo, el personaje y tema de la Biblia Jesús como el representante escogido de Dios Jesús de Nazaret: La presencia del futuro

Jesús el Mesías: Cumplimiento de los símbolos del Antiguo Testamento

Jesús y los pobres

Justificación bíblica de la resurrección de Jesús el Mesías

La auto-consciencia de Jesucristo

La búsqueda del peregrino

La Cena del Señor: Cuatro puntos de vista

La complejidad de la diferencia: raza, cultura, clase

La ética del Nuevo Testamento: Viviendo lo opuesto del Reino de Dios

La historia de Dios: Nuestras Raíces Sagradas

La historia que Dios está contando

La joroba

La salvación significa unirse al pueblo de Dios

La senda de la sabiduría

La soberanía de Dios y la revelación universal

La sombra y la sustancia

La teología de Christus Victor

La teología de la asociación de Pablo

Trama del Año de la Iglesia

La vida de Cristo de acuerdo a las estaciones y años La visión profética como fuente de compromiso de fe bíblica

Las misiones en el siglo 21 Las parábolas de Jesús

Lecturas acerca de la credibilidad histórica del Nuevo Testamento

Lecturas acerca de la Iglesia

Lecturas acerca del cuidado pastoral Lecturas acerca del Nuevo Testamento

Lecturas acerca del servicio

Lecturas sobre Cristo

Lecturas sobre la profecía mesiánica

Lecturas sobre tipología

Libertad auténtica en Cristo Jesús

Línea de tiempo del Reino de Dios

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Lista de comprobación de un servicio espiritual

Lista de elementos narrativos Los miembros del equipo de Pablo

Los milagros de Jesús

Los nombres del Dios Todopoderoso

Maneras en las que los cristianos no están de acuerdo sobre la santificación

Metodología de traducción (versiones en inglés)

Modelo de plantación de iglesias

Modelos del Reino

Nombres, títulos y epítetos para el Mesías en el Antiguo Testamento

Nuestra declaración de dependencia: Libertad en Cristo

Nutriendo al auténtico liderazgo cristiano

Orden de las doce tribus alrededor del tabernáculo

Padre, Hijo y Espíritu Santo comparten los mismos atributos y obras divinas Pasajes clave sobre dones espirituales en el Nuevo Testamento

Pasos para equipar a otros

Percepción y verdad

Predicar y enseñar a Jesús de Nazaret como Mesías y Señor

Principios detrás de la profecía

Profecías mesiánicas citadas en el Nuevo Testamento Promesa vs. predicción: La hermenéutica apostólica del AT Puede pagarme ahora, o puede pagarme después

Que podamos ser uno

Que venga Tu Reino: “La historia de la gloria de Dios”

Relación entre el costo y la eficacia en el intento de hacer discípulos Representaciones de Jesús en los libros del Nuevo Testamento

Re-presentando al Mesías

Representando fielmente a Jesús de Nazaret

Resumen de interpretaciones mesiánicas en el Antiguo Testamento

Resumen esquemático de las Escrituras

San Basilio, El Credo Niceno y la doctrina del Espíritu Santo Seis clases de ministerios neotestamentarios para la comunidad Seleccionando un criterio creíble criterio de independencia

Siguiendo la vida de Cristo a través de cada año

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Símbolos del liderazgo cristiano

Sustitución

Tabla cronológica del Nuevo Testamento

Teorías de la inspiración

Textos acerca del Reino en el Antiguo Testamento Textos acerca del Reino en el Nuevo Testamento

Tradiciones

Transmitiendo la historia de Dios Tratando con formas antiguas Treinta y tres bendiciones en Cristo

Tres contextos de desarrollo de liderazgo urbano cristiano

Tres niveles de inversión ministerial Un ejemplo práctico de la crítica textual

Un pueblo vuelto a nacer

Armonía del ministerio de Jesús

Una bibliografía para la hermenéutica bíblica Una comparación de las filosofías de traducción Una guía para determinar su perfil de adoración

Una vista teológica de los dones de equipamiento descritos en Efesios 4.11

Una sociología del desarrollo del liderazgo urbano

Una teología de la Iglesia

Una teología de la Iglesia acorde a la perspectiva del Reino

Unión con Cristo: El paradigma Cristocéntrico

Uso de las herramientas de referencia para interpretar la Biblia Visión de World Impact: Una estrategia bíblica para impactar los barrios urbanos

Visiones y enfoques teológicos

Viviendo en el Reino del YA y EL TODAVÍA NO

Viviendo las disciplinas

Wei ji

Lista alfabética de apéndices con referencias cruzadas para los módulos de Piedra Angular Apéndices de Piedra Angular tal como aparecen en cada módulo

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Índice temático

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

Introducción

Es difícil argumentar en contra del valor de los gráficos, símbolos, diagramas y tablas para simplificar la presentación de temas teológicos difíciles. ¿A quién no le gustan las imágenes y los gráficos cuando se dan para explicar cuestiones éticas y teológicas espinosas? En muchos sentidos, somos criaturas creadoras de imágenes, adictas tanto a los símbolos como a las metáforas cuando nos comunicamos con los demás en el curso de nuestra vida cotidiana. El viejo adagio, “Una imagen vale más que mil palabras”, resulta cierto en la conversación diaria, así como en la poesía, la ciencia o cualquier otro trabajo intelectual. La mayoría de las veces, me resulta difícil comprender finalmente el significado de una idea hasta que he ilustrado, graficado o simbolizado el concepto de una forma u otra. Los buenos gráficos y metáforas son herramientas listas para representar y resumir los conceptos y categorías clave de cualquier tema serio o campo de estudio. El uso de diagramas y gráficos de imágenes puede ayudarnos mucho en nuestra búsqueda de comprender los significados más profundos de nociones teológicas o conceptos espirituales complejos o difíciles de entender. Por supuesto, todo ese esfuerzo en bosquejar ideas y conceptos a través de gráficos y tablas es más que simplificar la verdad, por no decir menos. Aún así, la representación visual de ideas complejas en gráficos y diagramas es una ayuda esencial y útil para ayudarnos a analizar y comprender algo que es extremadamente complejo y difícil de comprender. Aunque a veces un gráfico puede ofrecerse como un mal sustituto de un razonamiento claro sobre una idea o concepto, las buenas metáforas, diagramas o símbolos a menudo pueden ser la herramienta que nos ayude a captar algún misterio con una mejor comprensión. Los profetas y apóstoles a menudo usaban imágenes visuales y metáforas para ayudar al pueblo de Dios a comprender el análisis de Dios de una situación, o apoyarse en el significado de algún misterio o concepto que Dios les estaba comunicando. Por ejemplo, los apóstoles usaron imágenes de cosas comunes y familiares para ayudarnos a comprender mejor los misterios de Dios. Piense en las metáforas relacionadas con la Iglesia: es la familia de Dios, el cuerpo de Cristo y templo del Espíritu Santo. Para saber verdaderamente qué es la iglesia, debe profundizar en el significado de qué es una familia, cómo funciona un cuerpo y en qué consiste el propósito de un templo. En realidad, sin esas imágenes, nunca llegará a comprender o apreciar plenamente lo que la Iglesia realmente es y lo que debería estar haciendo en el mundo.

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

Le ofrezco a usted, lector, estos gráficos, tablas y diagramas con humildad y con cierta reserva. Fueron dibujados para ayudar a mis alumnos a luchar con el significado de las profundas verdades y misterios de la Biblia. A partir de los comentarios positivos de mis alumnos, puedo decir que resultaron útiles para muchos. Ruego que con la publicación independiente de estas imágenes y gráficos, también resulten beneficiosos en su estudio y reflexiones. Estoy convencido de que, con un poco de meditación, los gráficos de esta colección aumentarán su confianza y disposición para comprometerse con la verdad de las Escrituras en aras del máximo impacto en su vida. En verdad, si una imagen vale más que mil palabras, esta colección tiene mucho que decir sobre la maravilla y la profundidad de las verdades de la Palabra de Dios.

Rev. Dr. Don L. Davis Wichita, Kansas

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

¡Levántese Dios! Un serio llamado a la oración prevaleciente para un dinámico Avivamiento espiritual y avance agresivo del Reino en las zonas urbanas del Caribe, España, Sur, Centro y Norte América. Rev. Dr. Don L. Davis, enero 1, 2003

Escrito en honor de quienes por varios largos años con fe y con sacrificio rechazaron soltarse del Señor hasta que Él los bendijo en nombre de los pobres de la ciudad

Qué título tan largo para un corto ensayo! Este es mi tributo a la maravillosa pieza escrita por el clérigo e intelectual, Jonathan Edwards, líder de los Avivamientos en el noreste de los Estados Unidos en el siglo 18, con relación a la necesidad de desarrollar nuevos movimientos para Dios. El título original de su obra también era largo: “Un Humilde Intento de Promover un Explícito Acuerdo y Unión Visible del Pueblo de Dios, con Oración Extraordinaria para el Avivamiento de la Religión y el Avance del Reino de Cristo en la Tierra”. Edwards escribió su pequeño tratado en 1746, después de experimentar dos notables movimientos del Espíritu de Dios, en 1734-35 y 1740-42, respectivamente. El tratado de Edwards mostraba su profunda convicción que cuando el pueblo de Dios ora ferviente, intensa y poderosamente por el avivamiento, Él liberará el poder de su Espíritu en la sociedad. Esta notable visitación resultaría en mucha gente arrepintiéndose y creyendo en Cristo como Señor, y desataría un “avivamiento” religioso a nivel mundial y un “avance del Reino en la tierra”. Todo cristiano comprometido, de acuerdo a Edwards, tiene el positivo deber de orar por esto. Habiendo argumentado por sus puntos principalmente de un cuidadoso razonamiento y su exégesis de Zacarías 8.18-23 (entre otros textos), Edwards buscó apoyar su “humilde súplica” por un más dedicado y organizado movimiento de oración rogándole a Dios por su visitación. Edwards no era el primero ni el único líder cristiano de su tiempo que estaba llamando a la “oración extraordinaria”. De hecho, se había escrito un “Memorial” por unos ministros de Escocia quienes circulaban sus ideas al tiempo del tratado de Edwards. El memorial había circulado a través de muchas iglesias de habla inglesa, pero sobre todo en Inglaterra. Llamaba a un nuevo énfasis de “oración extraordinaria” a ciertas horas, horario que el mismo Edwards endosó, específicamente los “sábados en la tarde, los domingos en la mañana y el primer martes de cada trimestre, por un período inicial de siete años”.

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¡Levántese Dios! (continuación)

Aunque la historia no registra otro período amplio de avivamiento en el mundo de habla inglesa, sino hasta los años 1770’s (seguido por otro en los años 1790’s), el pequeño tratado de Edwards ha sido consultado y estudiado por muchos discípulos y congregaciones que anhelan ver una nueva y poderosa visitación de Dios sobre la Iglesia y el mundo. Al estar escribiendo este artículo, me doy cuenta que al presente ha transcurrido mucho tiempo desde las sociedades Inglesas y Escocesas del siglo 18, en que Edwards escribió su ensayo sobre el “avivamiento de la religión”. Al escribir mis pensamientos sobre este tema aquí en mi hogar en Norte América urbana, estoy consciente que con la llegada de otro milenio y el comienzo de un nuevo año, hemos heredado un mundo definitivamente más peligroso, complejo y de más temor que el de Edwards y sus contemporáneos de Escocia e Inglaterra. Más de 6,000 millones de personas habitan el planeta cargado de polución y sobrepoblación. Estamos a la orilla de la guerra, con reportes de amenazas terroristas y conflictos étnicos que “gritan” a través de las ondas radiales. Millones viven malnutridos y en miseria, y una vasta cantidad vive en desesperación sin remedio en un mundo que fundamentalmente es injusto e impío. Si jamás hubo un tiempo para renovar un humilde y serio llamado a la “oración extraordinaria” a favor de un pueblo, de un tiempo, de una hora, lo es en la actualidad. De los campos más duros y más difíciles de alcanzar sobre la tierra hoy día, las áreas urbanas de Norte América son consideradas como una de los más difíciles. Los niveles de pobreza, violencia y desesperación, hacen que los esfuerzos ordinarios se queden cortos y parezcan totalmente inútiles. Yo estoy convencido que solamente si Dios visita, si el Señor se levanta y dispersa sus enemigos, como dice el Salmo 68, prevalecerán la libertad, el bienestar y la justicia, tanto dentro del pueblo de Dios en la ciudad y por medio de ellos a quienes están en desesperante necesidad de la gracia y la provisión de Dios. Este tratado, al igual que el de Edwards, representa otro humilde intento de movilizar a los creyentes a clamar día y noche a Dios a favor de una Iglesia adormecida y por quienes sufren y que mueren sin Cristo. Sin embargo, el grito del corazón aquí está enfocado en las áreas urbanas de Norte América. Esto representa una súplica seria a llamar a un núcleo, un ejército de intercesores piadosos y disponibles a que se comprometan a luchar con Dios en oración prevaleciente para que Él irrumpa con su poder, para que haya un avivamiento espiritual entre su pueblo y que avance su Reino en las ciudades de todo el mundo.

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R e p r e s e n t a n d o l a t e o l o g í a

¡Levántese Dios! (continuación)

Un serio llamado a la oración prevaleciente

Cuando Edwards escribió su llamado a las iglesias de Inglaterra y Escocia a orar por un vivamiento, él se enfocó en Zacarías 8.18-23, que dice así: Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: [19] Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. [20] Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; [21] y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. [22] Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. [23] Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros. Edwards relacionó este texto con profecías del fin del tiempo cuando Dios traería un avivamiento dramático y glorioso a la tierra a través de la enfocada intercesión del pueblo de Dios. Creo que Edwards tenía razón. Además, estoy convencido que las promesas de Dios a ser movido con relación a la oración extraordinaria por su pueblo santo, se encuentran a través de la Biblia, sostenido con muchos ejemplos de la historia bíblica y de la vida contemporánea. El Dios Todopoderoso contesta la oración. Por lo tanto, hacemos un serio llamado a todos los creyentes que aman al Señor Jesús y las ciudades de América, a unirse en la formación de nuevos movimientos de oración por las ciudades, por todos los que viven en ellas, especialmente el pueblo de Dios. Estamos haciendo un llamado a la oración prevaleciente en el nombre de Cristo Jesús para la gloria de Dios. Estamos pidiendo que Dios nos envíe al Espíritu Santo mismo, para que irrumpa en las tinieblas, en el mal y en la desesperación de la ciudad, y traiga un refrigerio y un cambio revolucionario entre los más pobres de los pobres de Ibero-América. Este no es un llamado a repetir los “grandes días” del pasado (un nostálgico retorno a los gloriosos días de las reuniones de los grandes avivamientos, o cualquier otro avivamiento de la historia). El llamado tampoco es para los que sólo pasan pocas horas en oración sobre cosas sin importancia. Tampoco estamos suplicando por sólo un poco más de esfuerzo al orar, algo así como un énfasis temporal en oración por las ciudades que pudiera hacerse sosegada y cómodamente “un trimestre si, otro trimestre no” o algo así. Más bien, lo

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¡Levántese Dios! (continuación)

que queremos aquí es una visión totalmente nueva de nosotros mismos y de la ciudad como impotentes sin la intervención del Señor. Lo que estamos pidiendo aquí es una reorientación de nuestras vidas hacia la oración a Dios, basados en un redescubrimiento y reafirmación que solamente Dios puede cambiar las zonas urbanas de América. Hablando francamente, mi más profunda convicción continúa siendo que las zonas urbanas de las ciudades de América, simplemente son inalcanzables sin una nueva y clara visitación de Dios. Casi sesenta millones de personas viven en nuestras comunidades más pobres, con más del 90% de ellos sin conocimiento o una relación con Dios en Cristo Jesús. Estas comunidades torturadas han sido profundamente cicatrizadas y desfiguradas por la violencia, están severamente olvidadas y económicamente explotadas, y sufren de horribles problemas relacionados con la salud. La mayoría de zonas urbanas de América Latina y Estados Unidos son peligrosas en varios puntos diferentes, sin embargo, continúan llenándose de poblaciones inmigrantes y diversidades étnicas y raciales que dejan a uno lleno de asombro. Quizás la mayor responsabilidad de todo, sea que las zonas urbanas de Estados Unidos sufren por desesperación y desánimo nihilista; parece que cada quien vive en temor y espanto, con un profundo sentido de desesperación. Trágicamente, hay cristianos que citan las Escrituras profetizando junto con liberales y conservadores negativistas que lamentan la tragedia y muerte de la ciudad. Algunos misiólogos sugieren que los Estados Unidos ya ha sido ganado, y que las iglesias étnicas y urbanas pueden terminar la labor en las zonas urbanas del país. Otros incluso dudan que la ciudad sea digna de ser ganada, haciendo una cierta clase de grotesco juicio que los que sufren simplemente están cosechando lo que deliberadamente han sembrado. A la luz de tal pobreza física, familias destrozadas, escuelas inferiores, servicios sociales inferiores y oscuridad espiritual en general, la mayoría espera muy poco de la ciudad. Sus palabras y comportamiento demuestran lo que realmente creen: ellos en realidad cuestionan si algo bueno puede salir de nuestras zonas urbanas, consideradas nuestros Nazarets del siglo 21. A pesar de tales bajos niveles de creencia, yo estoy convencido que el registro bíblico es correcto cuando dice que nada es imposible para Dios (Lc. 1.37). Nada es demasiado difícil para Dios (Jer. 32.26), y que Él puede tocar y transformar a los habitantes de la ciudad por medio de su poder. Nos mantenemos firmes y esperanzados en que Dios va a visitar a su pueblo en la ciudad, y que por medio del derramamiento de su Espíritu podemos ver explosivos movimientos de avivamiento espiritual y discipulado intercultural entre los pobres de las zonas urbanas. Estos movimientos no van a ocurrir por el ingenio y esfuerzo humano, sino a través de los tiempos del refrigerio que vienen del Señor (Hch. 3.19). Nosotros estamos convencidos que solamente una irrupción del

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¡Levántese Dios! (continuación)

poder de Dios en maneras y niveles notables será suficiente para ganar las ciudades urbanas del país. Solamente una visitación de Dios a su pueblo, por medio de la presencia de su Espíritu Santo garantizará una nueva y fructífera clase de alcance urbano eficaz, que puede resultar en el cambio de miles de vidas por medio del poder de Cristo. Como creyentes y compañeros de milicia que testifican del reino, hacemos un llamado a los creyentes en cualquier parte, tocados por la necesidad de las zonas urbanas de Norte América y Latinoamérica a unirse con nosotros en el movimiento ¡Levántese Dios! Hacemos un llamado a todos los que aman a quienes viven en la ciudad a una nueva manera de vivir bajo el supremo señorío de Cristo Jesús. Llamamos a todos los que aman a la Iglesia en la ciudad, a una nueva manera de buscar a Dios con fervor y pasión, quienes clamarán al Señor día y noche. Con el espíritu lleno de anhelo y humildad, debemos buscar seriamente el rostro del Señor en intercesión, y hacerlo estratégicamente en una forma organizada y efectiva. ¡Escúcheme bien, compañero de milicia en Cristo! El movimiento ¡Levántese Dios!, en el mismo espíritu que el hermano Edwards lo hizo en Inglaterra, es otro humilde intento de implorar a cada discípulo preocupado acerca de los pobres de cualquier área urbana a unirse con nosotros en constante oración a que Dios se levante y disperse a sus enemigos. Estamos procurando facilitar y desafiar a personas, grupos pequeños, congregaciones enteras de diferentes clases a que se reúnan regularmente en sus hogares, en iglesias, en negocios, en escuelas - dondequiera que el Señor les dirija a hacerlo, para orar por la petición de la visitación de Dios sobre la ciudad. Nuestra más elevada prioridad en la intercesión, según lo sugiere el texto de Zacarías, es que nuestro objetivo principal debe ser “buscar al Señor” antes que otras peticiones. No debemos sustituir sus bendiciones o beneficios por la búsqueda del Señor primero. ¡Levántese Dios! principalmente es un llamado a los discípulos de Jesús a volver a comprometerse a un nuevo nivel de espiritualidad, apertura y quebrantamiento delante de Dios, que llevará a la visitación especial de Dios de su pueblo en la ciudad. El serio llamado a prevalecer en oración está anclado en un sentido de nuestra propia impotencia sin el Señor. Este llamado no es con el propósito de cierta clase de obra donde podríamos pretender ganar el favor de Dios, ni estamos intentando sobornar a Dios con una sesión manejable y abreviada de humildad delante de Él. Al contrario, nuestro deseo es ser transformados por Dios por completo. Deseamos que Dios visite la ciudad, pero si también nos visita a nosotros. Deseamos la transformación de la ciudad, pero más Un plano para buscar a Dios e implorar Su favor

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deseamos que el avivamiento comience con la transformción de nuestras vidas bajo el señorío de Cristo Jesús. Tenemos hambre por más de Él: más amor, más poder, más del Señor. Sobre todo, deseamos prevalecer en oración, seria, abierta y humildemente buscando al Señor, llegando a conocerlo íntimamente y glorificándolo en nuestras vidas, por lo que somos. Por encima de todo, ¡Levántese Dios! desea que los creyentes de las zonas urbanas busquen la persona del Señor primero, que lo conozcan, que lo vean y que experimenten su poder y bendición en nuevas formas en sus vidas, como sus discípulos. Esto significa que como movimiento, ¡Levántese Dios! entiende lo legítimo de las prioridades detalladas a través de las Escrituras, especialmente en Zacarías 8.23. El versículo 22 lo dice bien claro: “Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová”. Podemos acercarnos con toda confianza al trono de la gracia de Dios, no en la Jerusalén terrenal, sino en el Monte Sion de lo alto, donde habita nuestro Dios lleno de gracia. Hebreos 12.22-24 subraya esto: “Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, [23] a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, [24] a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Ciertamente, la principal prioridad sobre todas las cosas, es buscar el rostro del Señor con todo nuestro corazón, conocerlo a Él y hacerlo a Él nuestra meta y objetivo en la oración. La siguiente descripción de los varios elementos de una sesión de oración ¡Levántese Dios! representa un breve resumen de la clase de oración y acercamiento a Dios que procuramos tener. No queremos ser formalistas o rígidos en nuestras sugerencias, sino ofrecer lo siguiente meramente como una clase de bosquejo, un plano o mapa para guiarnos juntos al buscar el rostro y la manifestación de Dios. Deseamos que estos elementos nos den direcciones prácticas al reunirnos en nuestros hogares para la oración prevaleciente delante del Señor. Por lo tanto, nuestras sesiones de oración comienzan con adoración al Señor, que es la fase Adoración de nuestros conciertos de oración. Todas las reuniones de nuestros ¡Levántese Dios! estimulan a los presentes a empezar su concierto y sesión de oración prevaleciente con un tiempo de adoración y alabanza, con cantos y exaltación donde nos deleitamos y gozamos en el Señor con aplausos, gritos de gozo y alabanza de corazón. Adoración, admisión y disposición

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¡Levántese Dios! (continuación)

Debemos darle gracias a Dios por su obra llena de gracia a favor nuestro en Cristo, y ser agradecidos por la oportunidad de venir ante su presencia por medio de la sangre de Cristo. Sobre todo lo demás (toda necesidad, peticiones y deseos), nuestro Dios es digno de por sí mismo de ser adorado y exaltado. Luego pasamos a la parte Admisión de nuestro tiempo de oración. Después de reconocer la gloria y la majestad del Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, pasamos bastante tiempo admitiendo nuestras faltas y necesidades delante de Él. Aprendamos a doblegarnos delante del Señor en humilde confesión de nuestro pecado, y admitamos que no tenemos poder, que somos incapaces y estamos indefensos sin su supervisión, gracia y provisión. No escondamos nuestro pecado sino que de inmediato confesémoslo. No declaremos nuestra inocencia ni nos vanagloriemos en nuestros logros (Lc. 18.9-14), sino que honestamente humillémonos ante el Señor para que Él pueda levantarnos (1 Pe. 5.6). De hecho, Dios resiste a los orgullosos (es decir, los que pretenden ser suficientes y adecuados por su propia sabiduría, fuerza y poder) y da su gracia a los humildes (es decir, los que admiten su impotencia y desesperación delante del Señor, Stg 4.6). Finalmente, el segmento Disposición de nuestro concierto se enfoca en la gozosa dedicación de nuestras vidas al Señor para su gloria y propósitos. Durante este tiempo nos dedicamos de nuevo al Señor, afirmando nuestra muerte con Cristo y nuestra resurrección en Él a nueva vida para la gloria y alabanza de Dios (Ro. 6.1-4). Rendimos todo lo que somos y todo lo que tenemos a Cristo Jesús para que Él pueda separarnos para sus causas e intereses, y que pueda contentarse como resultado de todo lo que estamos llegando a ser, lo que estamos haciendo y los logros de nuestras vidas. Pablo trata esto cuando le escribe a los corintios en 2 Cor 5.9-10: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. [10] Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Nuestra intención y meta explícita es complacer al Señor. Por lo tanto, en oración, no pongamos la confianza en nuestra sabiduría o fuerza carnal. Además, dejemos de confiar en la sabiduría del mundo y consagrémonos por completo, dedicados a ser y a hacer cualquier cosa que el Señor Jesús demande, cualquiera que sea el precio, la dificultad o costo. En humilde oración, que miles podamos doblar nuestras rodillas al Señor en auténtico rendimiento, permitiéndole a su Espíritu el derecho y privilegio de dirigirnos dondequiera que Él lo determine, por cualquier senda y para cualquier propósito que Él nos llame (Juan 3.8). Solamente esta clase de disponibilidad incondicional y radical a Dios le permitirá usarnos cuando Él derrame su Santo Espíritu sobre las zonas urbanas de Ibero y Latinoamérica.

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Por un avivamiento dinámico y espiritual

A pesar de cualquier término que sea usado en la literatura erudita acerca de la visitación de Dios en un avivamiento o despertar (por ej., avivamiento, renovación, refrigerio, revelación, etc.), la realidad que se habla dentro de estos materiales se refiere a la misma verdad. ¿Qué es la verdad? Todo estos materiales apuntan hacia la necesidad, sobre todas las cosas, de la presencia de Dios como factor crítico en todo avivamiento y testimonio del Reino. Las zonas urbanas de las ciudades del mundo hoy en día demandan una especial y nueva visitación del Señor. Dios debe levantarse en la ciudad; Él debe venir y dispersar a sus enemigos, y ampliamente derramar su bondad y provisión. El Espíritu Santo debe ser derramado sobre la ciudad, si es que ésta ha de ser ganada para Cristo. Sólo la presencia de Dios en la ciudad es lo que será suficiente. Ninguna otra solución asegura la promesa de cambio duradero, o comprensivo, ocurriendo en las vidas de millones que se consumen en la ciudad. Ninguna de las típicas respuestas puede tocar las vidas de tanta gente; ninguna solución gubernamental, filantropía social, reforma política o de jurisprudencia, o el reclutar más policías y combatir el crimen, o la eliminación de varias clases de elementos inmorales en vecindarios empobrecidos, vencerán los poderes espirituales y potestades que atormentan las comunidades de nuestras zonas urbanas. Las necesidades espirituales deben ser satisfechas con recursos espirituales. Tampoco una iglesia anémica, floja y mundana logrará hacer la tarea de libertar a los cautivos. Como creyentes, nosotros somos llamados a esforzarnos en el Señor y en el poder de su fortaleza (Ef. 6.10-12). Jesús es el guerrero de Dios, quien consumará la victoria del Señor en la tierra en su Segunda Venida (comp. Apc. 19.8ss). Solamente cuando Cristo se manifieste podemos esperar la libertad, el bienestar y la justicia del Reino para libertar a los perdidos de la ciudad. Cristo es el único capaz de atar al “hombre fuerte del diablo” y libertar a sus cautivos (comp. Mt. 12.25-30). Debido a que de todo corazón creemos que Dios ama a toda la gente, en cualquier parte, concentramos nuestra oración en énfasis e intereses tanto globales como locales . Intereses “globales” quiere decir que cada vez que nos reunimos, no meramente oramos por las necesidades de las zonas urbanas nada más, sino por las necesidades del mundo entero, en las ciudades, naciones y entre los grupos de gente donde la Iglesia de Cristo Jesús esté dando testimonio, como también por las de aquellos que todavía no han escuchado del evangelio salvador del Señor. Suplica el favor del Señor por intereses globales y locales

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Nosotros creemos, como dice El Credo Niceno, que sólo hay una Iglesia, santa, católica (universal) y apostólica, y que lo que preocupa a los cristianos en algún lugar debe preocupar a los cristianos en cualquier lugar donde estén. También creemos en la Gran Comisión de Jesús, que la Iglesia ha sido llamada en estos dos últimos milenios para dar testimonio del Reino de Dios en Cristo Jesús entre cada grupo de pueblos sobre la tierra. Por lo tanto, nosotros oramos por un Despertar de la Iglesia de Cristo Jesús en todo lugar, pidiéndole a Dios que actúe en las congregaciones de creyentes al reunirse en cualquier parte, en otras naciones y continentes, todos con la intención que Dios se glorificará entre su pueblo dondequiera que ellos se reúnan. Similarmente, los intereses “locales” deben captar nuestra atención y petición. Por local nos referimos a la iglesia particular a la cual pertenecemos, las iglesias de nuestra denominción y vecindario inmediato, y la iglesia en nuestra localidad o región. Cada región de iglesias tiene sus propios asuntos peculiares y singulares, desafíos y preocupaciones, y nuestra intercesión reconoce tales específicas preocupaciones de la iglesia de nuestra comunidad. Nosotros rogamos por el favor del Señor para el bien de nuestra asamblea local de la iglesia, y las asambleas de nuestra ciudad, localidad y región. Por lo tanto, nosotros comenzamos nuestra intercesión con rogativas especiales, súplicas y oraciones ofrecidas a nombre del pueblo de Dios para un dinámico Avivamiento espiritual. Oremos por la Iglesia en el mundo (y en diferentes partes del mundo) para que los creyentes sean refrescados con repetidos y poderosos derramamientos y manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo entre su pueblo. Oremos para que Dios asocie estos derramamientos con señales y maravillas que dirigirán la atención hacia su gloria y reinado, y para que el carácter espiritual de las iglesias sea renovado para que obedezcan el Gran Mandamiento con toda energía. Oremos para que las iglesias, global y localmente, amen a Dios con todo el corazón y a sus prójimos como a sí mismos. Oremos por reconciliación, unidad y relaciones restauradas entre los creyentes alrededor de toda la tierra, y pidámosle a Dios por la creación de un nuevo espíritu de unidad y acuerdo junto con el avance del Reino de Dios en nuestras iglesias. En este respecto, oremos por un revolucionario redescubrimiento del señorío de Cristo Jesús en nuestras iglesias, con refrescantes manifestaciones de humildad, confesión, quebrantamiento y amor entre los miembros; todo para la gloria de Dios. Hagamos estas y otras oraciones similares a favor del pueblo de Dios, tan ferviente e inteligentemente como sea posible, orando específicamente por petición a Dios de un avivamiento y la renovación de su pueblo globalmente, sobre todo en las ciudades de Ibero-América.

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Entonces, con un corazón franco y lleno de fe, oremos por las iglesias en las zonas urbanas del mundo entero. Oremos por protección de la violencia y corrupción que hay alrededor de ellas. Oremos por audacia y franqueza al dar ellos testimonio del Cristo resucitado en sus obras de justicia, amor y evangelización. Oremos por un nuevo sentido de gozo y poder en el Espíritu Santo, una mayor revelación de la Palabra de Dios, una nueva experiencia del poder limpiador de la sangre de Cristo, y un enriquecido caminar con Dios. Oremos por un espíritu de tranquilidad y paz, por la atadura del enemigo para que el evangelio pueda ir hacia adelante. Oremos por un nuevo espíritu de alabanza, adoración y gozo en las iglesias urbanas, y nueva creatividad, deleite y placer en la presencia de Dios. Oremos por un nuevo nivel de apertura y unidad en los creyentes, un más profundo y rico amor y reverencia a Dios en las iglesias. Oremos por nuevos niveles de reverencia y temor en el pueblo de Dios y nuevos y agresivos movimientos de adoración, oración y celebración en las comunidades. No nos detengamos aquí. Oremos que Dios quebrante el control del enemigo sobre las mentes y corazones de quienes viven en las zonas urbanas de los Estados Unidos (2 Co. 4.4). Oremos que el Espíritu Santo frustre los programas de engaño y desesperación del diablo, y que nuevas puertas sean abiertas para la demostración y proclamación de la Palabra de Dios en todos los niveles. Oremos que la Iglesia dé un testimonio audaz con palabras y hechos del reinado de Dios en Cristo Jesús para que los creyentes, jóvenes, de mediana edad y los mayores, demuestren en sus vidas nuevos niveles del amor y poder del Señor entre sus familias, amigos y en sus redes de relaciones. Oremos por nuevos niveles de interés, curiosidad y conciencia de las cosas espirituales entre todos los que viven en la ciudad, pero sobre todo, nuevos niveles de realidad y poder entre los creyentes de las zonas urbanas. Oremos que el diablo no sea capaz de detener lo que Dios está abriendo para Cristo en todos los niveles de las comunidades, sociedades y vecindarios. Oremos por un derramamiento de Dios sobre la ciudad, que las ciudades del mundo puedan despertar a la necesidad que tienen de Dios, en Cristo Jesús.

Por el avance del Reino

Al humillarnos en oración por un dinámico Avivamiento espiritual entre el pueblo de Dios, también debemos pedirle a Dios que se mueva a favor de los perdidos, las personas y regiones que todavía no han conocido de la misericordia de Dios en la persona del

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Señor Jesucristo. Cada vez que nos reunimos en los conciertos de oración, debemos clamar a Dios que se mueva en las áreas urbanas de la ciudad, para que pueda haber un sostenido y agresivo Avance del Reino dentro de ellos. Una de las características centrales de todo el movimiento de ¡Levántese Dios! es ver a Dios moviéndose en un sentido doble: avivamiento de las comunidades urbanas para su gloria y poder en una Iglesia renovada y revitalizada, y ver su reino avanzando entre los que viven en la ciudad y que todavía no han escuchado ni respondido al amor de Dios en Cristo. Por lo tanto, oremos durante nuestra porción de Avance del concierto por el triunfo del poder espiritual sobre el enemigo, tanto globalmente en el mundo en contextos específicos de los que sepamos, como localmente, en áreas específicas de nuestra localidad y región. Oremos que el Espíritu Santo derrame su poder sobre los siervos de Dios, de los equipos, organizaciones y las iglesias que están ganando almas, haciendo discípulos y plantando iglesias alrededor del mundo. Oremos que Dios se mueva en los lugares donde no permiten testificar de Cristo, que los corazones de los oficiales del gobierno y de los religiosos permitan a los creyentes entrar en sus sociedades y comunidades para hablar con libertad del evangelio del Reino. Ore también que el Espíritu Santo les dé a los perdidos una extraordinaria revelación de Dios y de Cristo, que Él les dé sueños y visiones como lo hizo en el caso de los de Macedonia (comp. Hechos 16.9ss.). Estas manifestaciones podrían poner un fundamento espiritual para la presentación de la Palabra de Dios concerniente a Cristo en campos difíciles y recalcitrantes. Ore para que las iglesias, denominaciones y agencias misioneras revitalizadas formen nuevas y estratégicas alianzas, lo que conducirá a una acometida evangelística y movimientos vitales entre los más duros, los más difíciles y más distanciados campos pioneros no alcanzados allende el mar y en nuestros países. Además, ore que el avivamiento de la Iglesia, tanto global como localmente, conduzca a mayores y eficaces esfuerzos para movilizar a los miembros de la Iglesia para un nuevo avance de la misión. Oremos que Dios mueva a las personas, los pastores, obreros cristianos y creyentes en general de cada congregación a orar por sus familiares y amigos no salvos, a ser capacitados para compartir su fe eficazmente, y comprometerse a redoblar sus ofrendas y contribuciones para el cumplimiento de la Gran Comisión. Ore para que muchos solteros y parejas se dispongan a hacer labor misionera como voluntarios, no meramente sobre la base de un tiempo corto, sino algunos como un llamamiento de por vida. Ore para que algunos que respondan sean enviados por el Señor de la mies a los campos que todavía están sin cosechar en las comunidades urbanas del mundo.

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Además, oremos con fervor que las iglesias de las áreas urbanas combinen sus esfuerzos, finanzas, iniciativas y proyectos para hacer una propia, singular y poderosa contribución a la misión global y local. Ore para que Dios mueva los corazones de quienes están al frente de las agencias misioneras, para que ya no más descuiden los ricos recursos de las iglesias urbanas, sino que los hagan prácticos para que los discípulos urbanos salgan a evangelizar, discipular y plantar iglesias, especialmente entre las docenas y docenas de comunidades donde no existe presencia evangélica. Sobre todo, oremos a Dios día y noche por un nuevo nivel de rigor y disciplina en su pueblo, por una forma de ser fuerte, pero fe de corazón tierno para abrazar las congregaciones pequeñas que hay en la ciudad. Oremos por ellos, que Dios les dé una conciencia de milicia del reino, la clase de mentalidad rigurosa que permita a los discípulos urbanos adoptar la necesaria firmeza para resistir durezas y sufrir la guerra espiritual por sus comunidades. Oremos por nuevos niveles de audacia y poder, por nuevos y agresivos alcances, por más dedicación a movimientos de oración prevaleciente entre las iglesias urbanas, y nuevas redes de liderazgo y apoyo que unirán a discípulos urbanos de buena voluntad para movilizar sus recursos para un máximo impacto en la ciudad. Intercede apasionadamente que Dios provea los recursos para que las iglesias urbanas inicien nuevos alcances de compasión, justicia y paz a favor de los desamparados, los oprimidos, los huérfanos, los que tienen desafíos mentales, los plagados con VIH y otros males comunicables, por los mayores de edad, los enfermos en prisiones y los rechazados. Ore por un derramamiento de amor de la Iglesia que asombre y crea nueva hambre para que los perdidos busquen a Jesús, una clase de amor que sirva como fundamento para expresar y auntenticar el evangelio de Cristo. Ore que Dios use los esfuerzos de la justicia y el derecho como una puerta para que cientos de miles se conviertan al Señor. Ore por su localidad particular, y la necesidad de ver las señales del Reino manifestadas dentro de ella en palabra y en hechos. Ore por su iglesia, por su pastor, su comunidad, los líderes civiles en la ciudad, sus vecinos, directores de escuelas, oficiales de la ley y otros que estén en posición de liderazgo en su medio. Ore por la liberación de nuevos niveles de audacia y claridad al predicar, y por señales más auténticas del Reino en su comunidad para que Dios pueda revelarle a los perdidos ahí, la majestad y las maravillas del Señor Jesús. Ore por usted mismo y su familia, por una nueva disponibilidad a ver el Reino avanzando en su trabajo, su escuela, vecindario, su familia, en su vida. Dios va a contestar sólo si le pedimos con fe y auténtico rendimiento a su voluntad (Mt. 6.6; Jn 15.16).

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En las áreas urbanas de las Américas

La idea de ¡Levántese Dios! comenzó con una profunda convicción que las áreas urbanas de Estados Unidos no pueden ser ganadas sin la directa intervención y provisión del Señor. Lo difícil de este campo lo aclara bien la verdad del argumento del salmista en el Salmo 127.1: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. Este movimiento cree que todo esfuerzo por alcanzar a los millones de habitantes de las zonas urbanas de este país, serán inútiles a menos que Dios visite la ciudad. Y sostenemos que esta visitación solamente se llevará a cabo si mujeres y hombres piadosos se agarran de Dios en intercesión a favor de la ciudad. Solamente una irrupción del poder de Dios transformará nuestras ciudades. Si bien es cierto que la ciudad es considerada la más grande creación de la humanidad en la civilización, de por sí misma no tiene nada de qué gloriarse. Las megápolis modernas representan el bastión de injusticia, impiedad e inmoralidad. No es posible pensar en los Estados Unidos sin pensar en sus grandes e influyentes ciudades: Nueva York, Washington D.C., Los Ángeles, Filadelfia, Chicago, Houston, Miami, San Francisco, Boston, Portland, Atlanta, Denver, San Luis, Dallas, Seattle, San Antonio. Y en Latinoamérica: México, Caracas, Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago y muchas otras. Estos grandes centros representan la más elevada cultura, educación, arte, medicina, ley, jurisprudencia, gobierno, política, negocio, comercio, industria, entretenimiento y poder. Sin embargo, ellas también representan algunos de los más desesperados lugares de la tierra; nuestras ciudades están abultadas con millones y millones de personas cuyas vidas están llenas de placeres vacíos, grandes injusticias y experiencias horribles. Sin duda, el nivel de tenebrosidad, pobreza y desaliento que hay en las zonas urbanas de las Américas está en su punto más alto. Es triste que muchas congregaciones evangélicas y denominaciones cristianas han abandonado la ciudad y han buscado “vientos más apacibles” en los suburbios, llevándose consigo sus colegios bíblicos, seminarios, casas editoriales y organizaciones para-eclesiasticas. Los creyentes se van de la ciudad en cantidades récord, dejando a quienes no conocen a Cristo ante sus propios designios y opresión. Contentos con reducir el cristianismo a su propia clase de religión parroquial, muchos evangélicos han reducido el radio de nuestro Drama Cósmico; ellos han reducido el majestuoso llamado de la fe salvadora de Cristo a la ética de la familia nuclear, fuerte fervor patriótico y política conservadora. Sin sentido de conciencia manchada o perturbada, muchos cristianos le han dado la espalda al grito de los moribundos en la ciudad. Para una Iglesia llamada a ser como nuestro Señor, eso es totalmente inaceptable.

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