Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04
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F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S
Mt. 9.15 - Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Juan 3.29 - El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Ap. 21.2 - Y yo vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Ef. 5.25-27 - Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, [26] para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, [27] a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. De acuerdo a este texto, el amor que un marido tiene por su esposa debe ser modelado según el amor que Jesús tiene por su pueblo. Aún más, el corazón y la meta de todo el ministerio apostólico debería ser la preparación del pueblo de Dios para la ceremonia y unión que viene: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo” (2 Co. 11.2). Cristo está edificando su Iglesia, su sagrada compañía de discípulos de todas las épocas, lugares, y tiempos, a quienes Él personalmente compró para sí mismo, y que le servirán a Él, sin que ni aun las puertas del infierno sean capaces de dominar su ataque (Mt. 16.15-19). Cualquiera de nosotros que haya asistido a una boda sabe la diferencia entre la novia como normalmente es a cómo ella es adornada el día de la boda. Similarmente, Dios está preparando una novia para su Hijo, un pueblo, una asamblea divina que para siempre estará a su lado y que reinará con Él en el Reino venidero. Lo anterior simplifica y facilita entender la función de la misión: la tarea de la misión es reunir las almas que restan para Cristo, de completar el número que le ha sido dado a Él por su Padre (Juan 6.44). Dicho claramente, no puede haber salvación aparte del pueblo de Dios en el cuerpo de Cristo. Si no hay Iglesia, no puede haber cristianismo, ni salvación, ni esperanza para este mundo. Una versión urbanizada de una frase del gran padre latino, Cipriano, lo hace aún más claro: “Si la Iglesia no es tu mamá, entonces Dios no es tu papá”. ¡Sí, y amén! La más clara y directa asociación ocurre en nuestro texto devocional:
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