Haciendo Justicia y Amando la Misericordia: Ministerios de Compasion, Guia del Mentor, MG16
H A C I E N D O J U S T I C I A Y A M A N D O L A M I S E R I C O R D I A : M I N I S T E R I O S D E C O M P A S I Ó N
3 0 8 /
El salmo 8 es una declaración clásica que compara a Dios con la humanidad. En el versículo 4 el salmista le pregunta a Dios, “¿Qué es el hombre?” (RV60) esa pregunta proviene de su conocimiento en lo que respecta a tres realidades: la creación inanimada, lo humano y lo divino. La razón por la cual el salmista formula esta pregunta es que los humanos son portadores de la imagen de Dios (Gn. 1.26–27) y son conscientes de sí mismos. A través de la imago Dei (“imagen de Dios”), pueden discernirse algunas comparaciones. El fundamento de la imago Dei es la personalidad. Tanto Dios como los humanos pueden comunicarse inteligentemente (Salmo 8; Isaías 6.8–13). Ambos pueden recibir información (Gn. 1.28–30; Heb. 1.1–2), concebir pensamientos (Gn. 2.19; 2.23) y procesar información (Isaías 1.18–20). La diferencia está en que el conocimiento de Dios no tiene límites en contenido y exactitud (Ro. 11.33–34; Mt. 11.21–24), mientras que el conocimiento humano es incompleto (1 Co. 2.9; 13.12) en el mejor caso y torcido en el peor (Efesios 4.17–18). La dimensión afectiva de Dios (Gn. 6.6; Mateo 25.21; 2 Co. 7.6) es equilibrada y no depende de nadie (Oseas 11.8–9; Hechos 17.25; Juan 17.24–26). Dios es el amante que nunca deja de amar (Jer. 31.3; Oseas 11.1–9). Aunque los humanos pueden expresar emociones nobles (Salmo 13.5–6; Marcos 12.20–30; 2 Co. 1.24–2.4; 2 Juan 4), su amor a veces disminuye (Ap. 2.4), a causa del acercamiento a la maldad (2 Ti. 3.2, 4) y el regocijo en lo malo (Salmo 13.4; Miqueas 3.2; 1 Co. 13.6). Además, por momentos, los mismos se entregan a “pasiones degradantes” (Ro. 1.26). Las decisiones de Dios son siempre sabias y buenas (Gn. 18.25; Isaías 10.13; Ro. 16.27), en cambio las de los humanos muchas veces son perversas (Ro. 1.32). Aunque existen otras coincidencias, las más importantes se encuentran en el área del carácter (Isaías 54.5; Oseas 3.1–3; Jer. 5.7, 8; 1 Pedro 1.14, 15), metáforas/similitud (Juan 1.19; Isaías 1.6, 7; Lucas 3.22; Mateo 10.16), relaciones familiares (Jeremías 5.7, 8; 31.32; Efesios 5.28; Ap. 21.2) e imágenes laborales (Salmo 23; Zacarías 11.17; Mateo 13.55; Juan 10.11; 1 Co. 3.5–17; Heb. 11.10; 1 Pedro 5.2). Aunque estas imágenes están amarradas al tiempo y al espacio (Salmo 90.9–10; 139.7–9) comparten características eternales (Salmo 90.2), ilimitadas (Salmo 139.7–9) e independientes de la persona de Dios (Hechos 17.25), sin embargo, los humanos siempre serán criaturas dependientes (Gn. 1.27; Salmo 100.3), por necesitar de otros humanos (Gn. 2.18), de la Palabra de Dios (Mateo 4.4; 1 Co. 2.6–9) y de Dios mismo (Juan 15.5, 11; 17.3; Salmo 16.5–11; 1 Co. 6.17).
~ Leland Ryken. Dictionary of Biblical Imagery . (electronic ed.). Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000. pp. 336-337.
Made with FlippingBook flipbook maker