La Busqueda del Pergrino
PA RT E I I I : V I V I E NDO E N E L C AM I NO / 1 5 5
pero también nos prepara para recordar y conmemorar su Primera Venida y de esta manera volver a comenzar el Año Cristiano. Y entonces el ciclo se continúa, el ritmo resuena, y la marcha de Dios continúa. Esta asombrosa representación periódica de la vida y esperanza de Jesús puede inyectar “Cristo-centrismo” en sus estudios y ministerios, ayudándole a mantener el centro del tema a primera vista: el cristianismo es Cristo, y si lo ignoramos a Él y a esta grandiosa historia de verdad y esperanza, terminaremos danzando fuera de sintonía con el ritmo recurrente de Dios. El Año Eclesiástico lleva el compás de esa Historia que dirige la música de las esferas, y es un ciclo dinámico en sí mismo que nos provee de un panorama y una visión frescos del significado de nuestras vidas a medida que vivimos nuestros días aquí. ¿Qué tiene que ver toda esta historia sobre la celebración y conmemoración y otras cosas cristianas con su adoración y discipulado? En nuestra mente – ¡Todo! Esta Historia de Dios en Cristo es el combustible en el motor de la auténtica preparación teológica y desarrollo del liderazgo, y todo seguidor de Jesús debe confesar lo que los creyentes han confesado desde el principio. Jesús es Señor para gloria de Dios Padre. El Año Eclesiástico, cuando es apropiado con un enfoque Cristo-céntrico y una base bíblica, puede transformar su formación espiritual y reajustar el clima espiritual de todo lo que usted hace. La Historia de Dios en Cristo puede realzar significativamente su propósito, enriquecer su adoración, y recalibrar su dirección a medida que busca encarnar a Cristo en su hogar y en su trabajo. Recuerde a menudo que Jesús de Nazaret es la razón apropiada para todo lo que hacemos en el culto y misión cristianos: Ser más como Él como Anciano, Pastor principal, y como Obispos de nuestras almas es nuestra razón de ser, la razón de nuestra existencia y nuestro peregrinaje aquí como discípulos. Nada menos que Él puede satisfacer; nada más que Él se necesita. Para nosotros, Jesús es Señor de todo. Teología en el Servicio de Adoración: Dando testimonio de un Cristo vivo en la Ciudad
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