Listos para la siega
S ESIÓN 2: P REPARAR • 201
nuestro deber, que nunca incluye avergonzar o menospreciar a ninguna persona a la que seamos llamados. Por el bien de nuestra misión, nuestros donantes, y aquellos a quienes servimos, debemos ser inequívocos con respecto a nuestra población objetivo; Asimismo, nunca debemos avergonzarlos ni denigrarlos en nuestro uso de ninguna comunicación, jamás. “Capacitar a los pobres urbanos”, por lo tanto, como nuestro lenguaje adoptado, no es ni un simple lema ni un lema pegadizo. Más bien, para nosotros funciona como una representación de nuestra visión única, la misión integradora de nuestro trabajo como un ministerio inter- denominacional en la ciudad. Creemos que el empoderamiento no es meramente satisfacer las necesidades, tratando sólo con los meros síntomas de las estructuras subyacentes de la pobreza, ni tampoco es el patrono hegemónico de los pobres, haciéndolos dependientes para siempre de nuestra caridad y servicio. Como misioneros de Cristo, creemos que los pobres, como cualquier otra gente, pueden ser redimidos, transformados y liberados para ser el pueblo de Dios en sus propias comunidades. Cuando Dios quiso dar poder a su pueblo, envió su Espíritu Santo a la compañía apostólica, y formó una comunidad que le confió la vida de Dios y la Palabra de vida. La respuesta de Dios a la pobreza sistémica y al descuido era formar un pueblo que encarnaba la vida misma del Reino donde residen la libertad, la totalidad y la justicia. A estas comunidades se les confía una misión de reunir a los elegidos de entre los más pobres y quebrantados de la tierra y, por el poder del Espíritu y de la comunidad cristiana, ver el Reino venir a la tierra en nuevas relaciones de hospitalidad, generosidad y rectitud, justo donde viven. Cada iglesia que funciona sana es un puesto de avanzada del Reino de Dios, y puede ser un lugar donde la verdadera transformación tiene lugar. ¡Nada “da poder” a los pobres como una simple asamblea de creyentes, obedientes al Señorío de Cristo! Armados con esta perspectiva, creemos sinceramente que ninguna organización en la historia del mundo puede reconocer la dignidad y el valor de los pobres como la Iglesia de Jesucristo. A la luz de esta convicción, World Impact se esfuerza por plantar tantas iglesias lo más rápido posible entre las diversas culturas representadas por los pobres urbanos, en todas nuestras ciudades y más allá. Estamos convencidos de que ninguna otra organización social tiene el respaldo de Dios, la jefatura de Cristo y el poder del Espíritu como una iglesia local que funcione sana. Y, nada da poder a una comunidad como facilitar los movimientos de plantación de iglesias entre los urbanos pobres, donde la vida y el poder del evangelio de Cristo pueden alcanzar y transformar comunidades enteras como puestos de avanzada del Reino. Todo lo que
Contexto Valores/Visión Preparar Lanzar Agrupar Nutrir Transicionar Horario/Cartilla
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