Listos para la siega
I NTRODUCCIÓN • 27
y pagana. El núcleo de nuestra fe y práctica actual se desarrolló en esta época, y merece una segunda mirada (y vigésima segunda).
La adaptación, disociación de datos, y extensión de las nociones de la Gran Tradición de Tjorhom, enumero aquí lo que considero, como punto de partida, una simple enumeración de las dimensiones críticas que merecen toda nuestra atención indivisible y recuperación de todo corazón. La Tradición Apostólica. La Gran Tradición está enraizada en la tradición apostólica, es decir, el testimonio de los testigos de los apóstoles y la experiencia de primera mano de Jesús de Nazaret, su testimonio autorizado de su vida y obra relatada en las Sagradas Escrituras, el canon de nuestra Biblia hoy. La Iglesia es apostólica, construida sobre la base de los profetas y los apóstoles, con Cristo mismo siendo la piedra angular. Las Escrituras mismas representan la fuente de nuestra interpretación acerca del Reino de Dios, esa historia de amor redentor de Dios encarnado en la promesa a Abraham y los patriarcas, de los pactos y experiencia de Israel, y que culmina en la revelación de Dios en Cristo Jesús, tal como se predijo en los profetas y explicada en el testimonio apostólico. Los concilios ecuménicos y credos, especialmente el Credo de Nicea. La Gran Tradición declara la verdad y establece los límites de la fe ortodoxa histórica como se define y se afirma en los credos ecuménicos de la Iglesia antigua y sin divisiones, con especial énfasis en el Credo de Nicea. Se tomaron sus declaraciones al ser una interpretación precisa y comentario de las enseñanzas de los apóstoles en la Escritura. Aunque no es la fuente de la propia fe, la confesión de los concilios ecuménicos y credos representa la esencia de sus enseñanzas, 5 especialmente los de antes del siglo V (donde prácticamente todas las doctrinas elementales acerca de Dios, de Cristo y la salvación se articulan y se abrazaron). 6 La antigua regla de la fe. La Gran Tradición abrazó el fondo de este núcleo de la fe cristiana en una regla, es decir, una regla estándar antigua de la fe, que se considera que es el criterio por el que se cobran y se proponen con respecto al análisis de la interpretación de la fe bíblica. Esta regla, cuando se aplica con respeto y rigor, puede permitir claramente que definamos el núcleo de la confesión cristiana de la Iglesia antigua y no dividida claramente expresado en la instrucción y el dicho de Vicente de Lerins: “lo que siempre se ha creído, en todas partes y por todos”. 7 La visión del mundo de Christus Victor. La Gran Tradición celebra y afirma Jesús de Nazaret como el Cristo, el Mesías prometido de las escrituras Hebreas, el Señor resucitado y exaltado, y cabeza de la Iglesia. En Jesús de Nazaret solo, Dios ha reafirmado su reinado sobre el universo, después de haber destruido la muerte con su muerte, conquistando a los
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