Meras Misiones
C onclusión • 197
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; ~ Colosenses 1:16-17 Si Jesús no es Señor, no hay Evangelio porque Él es el Evangelio (Rom. 1:16; 2 Cor. 5:18-19; Rom. 5:1). Sin que Jesús sea Señor, no hay Espíritu Santo que el Padre pueda enviar en Su nombre (Juan 14:26). Sin Jesús como Señor global, no hay Iglesia, porque Él es el arquitecto y constructor de la Iglesia (Mt. 16:18). Y sin Jesús como Señor, no hay Reino porque todo reino debe tener un Señor, un gobernante, y del Reino de Dios esa persona es Jesús (Ap. 11:15). La base sobre la que descansan los tablones críticos para las misiones de Evangel es el Señorío de Jesús. El apóstol Pablo se sometió humildemente, exaltó desvergonzadamente, se sacrificó totalmente y adoró apasionadamente al Señor Jesús, por quien era querido. Sabía que separado de Él nada podía hacer (Juan 15:5). 2. El Espíritu Santo. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hechos 13:2) La expansión y avance del Reino de Dios sólo puede darse a través de hombres y mujeres llamados, rendidos y llenos del Espíritu Santo (Hechos). Él da poder para las misiones (Hechos 1:8), da direcciones en las misiones (Hechos 16:6-7), otorga audacia divina para el testimonio (Hechos 4:13, 31). El Espíritu Santo es el Señor, dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, y con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado (Credo Niceno). El apóstol Pablo entregó totalmente su vida a la tercera persona de la
Made with FlippingBook Digital Proposal Maker