Meras Misiones

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oposición a su gobierno está condenada al fracaso y será aplastada. Debido a que Cristo es Rey de reyes y Señor de señores, los cristianos tienen aseguradas dos cosas: la guerra a muerte contra todos los aspirantes a dioses; y el triunfo completo de la fe cristiana sobre todos sus enemigos (Apoc. 19:15) El objeto de todos los tratos de Dios con los seres humanos es “el mundo venidero” (Heb. 2:5). El Día del Señor que se acerca. Cristo “aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:28). Recibiremos la salvación prometida (Heb. 10:36), el reposo que queda (Heb. 4:9), la patria prometida (Heb. 11:14), una patria mejor (Heb. 11:16) en Su segunda venida. “Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37). Esta era terminará con una catástrofe cósmica por la cual el actual orden mundial será sacudido (1:11-12; 12:26) y el verdadero y eterno Reino de Dios, ahora invisible, se hará visible. Debemos retener nuestra confianza y orgullo en nuestra esperanza (Heb. 10:35). Nuevamente cito a CS Lewis en su libro Mero Cristianismo . En su breve pero poderosa sección sobre la esperanza, dice: “Debo mantener vivo en mí el deseo de mi verdadera patria, que no encontraré hasta después de la muerte; Nunca debo permitir que la nieve la cubra o la desvíe; Debo hacer que el objetivo principal de la vida sea seguir adelante hacia ese otro país y ayudar a otros a hacer lo mismo”. Fundamentalmente, como cristianos, “debemos mantenernos vivos”, “nunca debemos desviarnos” y “debemos hacer el seguir adelante como objetivo principal de la vida”. Debemos aguantar. Debemos seguir avanzando y ayudar a otros a hacer lo mismo. Y si perseveramos, alcanzaremos la meta de nuestra redención. Cuando se complete la misión redentora de Cristo, se nos otorgará la mayor de todas las bendiciones. Veremos el rostro de Dios (Apocalipsis 22:4). Viviremos “felices para siempre” en el Reino de justicia, paz y gozo de Dios, con Dios habitando en