Meras Misiones

36 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

Los Concilios Ecuménicos, tal como están escritos en los cuatro Credos principales cuando la iglesia era una y sin división, confiesan que Jesús es el Señor: • Credo de los Apóstoles (120-250 d.C.) – “Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor” • Credo Niceno (325 d.C.) – “Creemos en un solo Señor Jesucristo. . .” • Credo Calcedonio (451 d.C.) – “Uno y mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito. . .” • Credo Atanasio (500 d.C.) – “Así también. . . el Hijo Señor” La Antigua Regla de Fe, “aquello que siempre ha sido creído, en todas partes y por todos”, ha afirmado fielmente que Jesús es el Señor cuando la herejía ha intentado sacudir y romper esta confesión fundamental de la Iglesia. No importa qué tan atrás retrocedas (siempre); qué continente, país o isla (en todas partes); o qué tribu, lengua o pueblo (por todos), la Iglesia confiesa que Jesús es el Señor. Lo que Dios mismo declara acerca de sí mismo se convierte en el asunto final, ya sea que uno lo crea o no, porque “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta”. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19). La Trinidad lo ha “hecho bueno” al declarar que Jesús es el Señor: • Dios Padre Todopoderoso, “le exaltó [a Jesús] hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil. 2:9-11).

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