Meras Misiones

48 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.”. Jesús mira una moneda y pregunta a sus interlocutores de quién es la imagen de la moneda, y ellos responden: “De César”. La respuesta de Jesús es devolverle la moneda a César, ya que su imagen está grabada en la moneda. La pregunta obvia entonces es: “¿De quién es la imagen y la inscripción que está en nosotros?” Dios mismo responde a la pregunta: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;” (Gén. 1:26a). Si la imagen y semejanza de Dios está escrita en nosotros, entonces debemos entregarnos a Dios, es decir, devolvernos a Dios nosotros mismos pues su imagen está grabada en nosotros. El acercarnos al Señor Jesús es darle lo que es suyo por derecho. La frase “el quién eres es más importante que lo que haces” es una afirmación cierta. La actividad no puede reemplazar la intimidad con Jesús. De hecho, ésta es la base sobre la que se forma toda nuestra actividad, nuestra identidad y nuestro propósito. Juan 15:5, “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Permanecer en Cristo es estar llenos del Espíritu y estar lleno del Espíritu es permanecer en Cristo. El cariño era el estilo de los Apóstoles: “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo (la palabra griega utilizada es idiotai , de donde proviene la palabra idiota), se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.” (Hechos 4:13). Cualquiera, hombre o mujer, rico o pobre, esclavo o libre, joven o viejo, “rojo, amarillo, negro o blanco”, que se acerca Jesús tiene raíces espirituales comunes en Pedro y Juan: idiotas para Jesús. Sólo ese cariño es todo lo que se necesita para sacudir los cimientos de las fuerzas de las tinieblas, porque cuando los discípulos salieron en “parejas de idiotas”, regresaron y dijeron: “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.” (Lucas 10:17b).