Meras Misiones

78 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

Plantar iglesias como esta permite que los pobres tengan poder y se involucren y se unan plenamente a la Iglesia en la Gran Comisión. Empoderar a los pobres, o a cualquier persona, en las misiones (“el envío de personas autorizadas a comunidades sin iglesias para proclamar el Evangelio con el fin de ganar conversos a Jesucristo, hacer discípulos de los conversos y reunir a los discípulos para formar grupos funcionales y multiplicadores. Iglesias locales, que den el fruto del Reino de Dios en esa comunidad”) es darles autoridad, libertad y poder. En las misiones, las iglesias y sus líderes, a través de la persona y dirección del Espíritu Santo, asumen esta responsabilidad. Éste ha sido el modus operandi a lo largo de la historia de la Iglesia. Sin duda, la Iglesia ha tenido sus altibajos en el empoderamiento para las misiones. Hay una variedad de razones para esto, pero las dos razones principales son que la Iglesia no es perfecta y hay un enemigo espiritual que se infiltra en la Iglesia para obstaculizar el liderazgo de la Iglesia y sus mejores intenciones (1 Tes. 2:18). El enemigo ha tenido especial éxito en impedir que una clase clave de personas participe en misiones: los pobres. Lo ha hecho sutilmente al estigmatizar a los pobres como deplorables e inútiles. En el mejor de los casos, son dignos de lástima. La mentalidad general de la Iglesia es: “¿Puede salir algo bueno de nuestras comunidades pobres, barrios marginales y prisiones?”. Doy un rotundo SÍ, que Dios llama a los pobres y los usa para confundir a los sabios y expandir y hacer avanzar Su Reino. Durante casi cuatro décadas, he participado activamente en misiones “desde y para” los pobres, a través de la organización de misiones cristianas World Impact. Las siguientes ideas están tomadas del breve artículo de World Impact escrito por el Rev. Dr. Don Davis, Nuestro distintivo: Avanzando el Reino de Dios entre los pobres urbanos. Lo tengo en su totalidad para incitar a la Iglesia a ver a los pobres como algo más que necesitados de limosna.