Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

Salmo 54 con Agustín – La insensatez de la traición El título de este salmo tiene su fruto en su prolijidad, si se entiende. Y como el salmo es corto, detengámonos en el título. Pues todos los versículos dependen de este. El título dice: Cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: “¿No está David escondido entre nosotros?”. Saúl era el perseguidor del santo David. Saúl representaba un reino mundano, que no pertenecía a la vida sino a la muerte. Y David mismo representaba a Cristo, o al Cuerpo de Cristo. ¿Y los zifitas? Había un cierto pueblo, Zif, cuyos habitantes eran los zifitas, en cuyo país se había escondido David, cuando Saúl quiso encontrarlo y matarlo. Estos zifitas, cuando se enteraron, traicionaron al rey Saúl, su perseguidor, diciendo: “ ¿No está David escondido entre nosotros?” . Su traición no les sirvió de nada a ellos, y David no sufrió ningún daño. Pues su malvado complot fue descubierto. Pero, Saúl aun no pudo apresar a David. Más bien, en cierta cueva de ese mismo país, cuando Saúl fue entregado en sus manos, David lo perdonó y no hizo lo que estaba en su poder (1 Sam 24:4). Pero, Saúl buscaba hacer lo que no estaba en su poder. Que tomen nota los que han sido zifitas. ¿También desearía ser usted un zifita? Florecen en el mundo, se marchitan en el juicio y, después de sufrir, serán arrojados al fuego eterno. ¿Elegiría esto también? ¿Ignora lo que él le ha prometido, quién ha venido a usted, lo que él mostró en sí mismo?