Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

descendientes de Abraham los gobernaría como hermanos, y no como esclavos; pero se permitía ejercer mayor dureza sobre los impíos y los incircuncisos, para que se sometieran a su gobierno. Con esto no ofrece ningún modelo a los conquistadores que infligirían una opresión anárquica a las naciones tomadas en guerra, pues carecen de la autorización y la comisión divina que tenía David. Estaba investido de la autoridad de un rey, así como del carácter de un vengador de la iglesia, especialmente de sus enemigos más despiadados, que se habían despojado de todo sentimiento de humanidad y persistían en hostigar a un pueblo que descendía de los mismos antepasados que ellos. Señala audazmente que los moabitas serían un recipiente en el que debería lavarse los pies. Con la misma opinión dice sobre Edom arrojo mi sandalia (v. 8). Esto expresa falta de respeto, y sugiere que, puesto que habían insultado al pueblo elegido de Dios, ahora deberían ser reducidos a la servidumbre. Dios había prometido que toda nación que se le opusiera sería derrotada, y ante las dificultades y peligros restantes, avanza con la certeza del éxito. Dos cosas están implícitas en la expresión, con Dios obtendremos la victoria (v. 12). En primer lugar: si Dios retira su favor, cualquier supuesta fuerza humana fracasará pronto; y, en segundo lugar: aquellos cuya fe solo está en Dios se arman de valor para superar cualquier dificultad. Para mostrar que no es un mero crédito a medias el que se le concede a Dios, añade que ¡él aplastará a nuestros enemigos! Incluso en nuestra controversia con otros humanos, no somos libres de compartir el honor del éxito con Dios. Los que se atribuyen la menor fracción de fuerza aparte de Dios solo se arruinan a sí mismos por su propio orgullo.

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