Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

Dios, porque solo amaban las cosas que necesitaban la ayuda de Dios para adquirir. A su pueblo lo guio como a un rebaño; los llevó por el desierto, como a ovejas, infundiéndoles confianza para que no temieran. Pero a sus enemigos se los tragó el mar (vv. 52–53). Esto ocurrió por un bien mayor, que somos liberados interiormente del poder de las tinieblas. Entonces, somos trasladados espiritualmente al Reino de Dios y, con respecto a los pastos espirituales, nos convertimos en ovejas de Dios, que caminan por este mundo como si fuera un desierto, ya que nuestra fe es invisible. Pero somos conducidos a casa con esperanza, pues “en esa esperanza fuimos salvados” (Rom 8:24).

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