Orando los Salmos con Agustín y Amigos
Introducción
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Tal vez reconoció el versículo cinco como la oración de Jesús en la cruz. Él y los autores del Nuevo Testamento citan los Salmos más que cualquier otro libro del Antiguo Testamento. ¡Un sorprendente 41 porcentaje de las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento proceden de los Salmos, y Jesús alude a los Salmos más de cincuenta veces! 1 Cuando oramos los Salmos, nos unimos a una larga lista de hombres y mujeres fieles (que se remonta a miles de años, desde Moisés hasta David, y luego Jesús), que han buscado la ayuda deDios. Descubrí a esta amada comunidad cuando los Salmos me enseñaron a orar. Me ayudaron a cultivar una confianza más profunda en Dios y alimentaron mi esperanza durante un momento oscuro. Al final de aquel año devastador, me reuní con uno de mis mentores, alguien con quien no había podido hablar durante toda la investigación. Sin una sola palabra de explicación de mi parte, me miró a los ojos y me dijo con gran compasión: “Carmen, este año debe haber sido un infierno para ti”. En ese momento, supe que Dios había respondido a mis oraciones de reivindicación. Aunque había sido incapaz de proteger mi propia reputación, Dios había estado obrando detrás de la escena. Él me vio. Le respondí a mi mentor, Sí y no. Sí, esta ha sido la experiencia más dolorosa de mi vida. Pero si el infierno es la ausencia de Dios, entonces no puedo describir este año como un infierno, porque nunca he sentido su presencia de maneramás tangible. A los Salmos, atribuyo la paz de la presencia de Dios que experimenté. Aislada del apoyo humano, estos, se convirtieron en mi salvavidas. Me conectaron con el Dios que estaba profundamente preocupado por mi bienestar,
1 Bruce K. Waltke and James M. Houston, The Psalms as Christian Worship: A Historical Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 2010), 110.
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